Por Salvador Hernández LANDEROS
Cuando el presidente López Portillo ascendió a General de la Policía Preventiva del DF a Arturo “El Negro” Durazo, los Generales militares se indignaron.
Qué va a suceder con los militares de rango y la tropa, si el presidente Andrés Manuel sale en defensa del secretario General, Luis Cresencio Sandoval.
Les dirá que “él tiene otros datos”, que es un ataque de “los conservadores” o bien, que es “mentira, calumnia y corrupción” de El Norte y Reforma.
La desigualdad social que el presidente pregona en sus mañaneras, se la puso de ejemplo el millonario General Luis Cresencio con la misma “jodida tropa”.
La evidencia del titular de la SEDENA, por la “dudosa honestidad” en la compra del lujoso departamento, desmorona la estructura nacional militar.
Los militares, del otrora glorioso Ejército Mexicano, por dignidad, no deben aceptar que continúe en su cargo quien los representa ante todo el Mundo.
Conste, no se trata de incitar a una rebelión interna, simplemente despertar la conciencia de los soldados en Honor de los compañeros caídos y encarcelados.
En este gobierno, que los diputados exijan la salida del General, es hacerle “el caldo gordo” al presidente. Él buscaría revertirlo como un ataque político.
El General, en su actuar no está solo, debe tener aliados. La tropa, que anda en la calle, la inconforme con el mando, por su vida, debe ser la que decida.
A la tropa le dan “trapos baratos”. Cuestión de buscar la partida presupuestal 27101 de vestuario y uniformes adquiridos en compra directa en febrero del 2023.
Lo grave de este asunto, es conocer en que mentalidad está la defensa del País y los mexicanos. Se imaginan cómo están las estrategias para dirigir a la tropa.