En esta semana veremos en Nuevo León una alianza rumbo a las elecciones del 2024.
Los ciudadanos seguimos con la esperanza de un mejor estado.
En las últimas décadas, le hemos dado la oportunidad a las diferentes propuestas políticas e independientes, creyendo que ahora sí nos irá mejor…
Y vaya chascos que nos hemos llevado, al grado de decir: “estábamos mejor, cuando estábamos peor” y también: “los otros robaban, pero repartían”.
Ahora vemos un autoritarismo extremo que está destruyendo las libertades en todas las áreas, temas pilares de cualquier sociedad como salud, educación, seguridad y justicia, van de mal en peor, y ni qué decir de la libre empresa, la libertad de expresión y la libertad religiosa…
Estamos en un tiempo de retroceso que, si no paramos, seremos culpables por no hacer nada.
La responsabilidad es compartida, por un lado, están los grupos políticos que se deben esforzar por cumplir con sus principios, estatutos y reglamentos, algunos con muy buenas propuestas que quedaron en letra muerta, personajes que buscan el poder para su propio bien, olvidando a los miles de ciudadanos que representan, para los que trabajan. Personajes sin escrúpulos que mienten, roban y engañan como si nada.
Y también los ciudadanos que muchos se prestan a la corrupción, participando en procesos no legales, vendiéndose por “un lonche y una coca” que ahora también los vemos con un “Hueso” en el gobierno.
Así es que, a estas alturas, o se retoman la ética y la moral de estos grupos, coaliciones y alianzas o será la misma triste historia de decepción.
Estamos a casi un año de ver la lotería política, las cartas en el juego… ojalá que verdaderamente ganen los mejores perfiles con trayectoria impecable, y no los que compren más voluntades.
Luz Maria Ortiz Quintos
Instituto Nacional de Consultoria Familiar