Por Salvador Hernández LANDEROS
Samuel García puede refundir a Francisco Cienfuegos en el penal de Apodaca hasta que se pudra, pero que sea efectivo y que no quede en habladurías.
El gobernador es muy afecto a ello desde que inició su administración. Vendió papel periódico anunciando que vendrían unas “bombas”, de su antecesor.
Habladurías y lenguaje soez forman parte de su formación personal. Como dice, si Cienfuegos, “está hasta el tronco”, que lo persiga “hasta que se eche”.
Pero que no esté vendiendo más papel con Cienfuegos para tapar, o apagar sus fuegos, como lo hace cada que regresa de un viaje. Como el actual.
Se ausentó del Estado casi dos semanas en las que brotaron problemas que son muy de su competencia. Le siguió en la juerga muy metido en el futbol.
En lugar de acudir personalmente con los vecinos inconformes por la Línea 6 del Metro, prefirió irse a los partidos de futbol en el Volcán y hasta Jalisco.
¿Será que no tiene capacidad para dialogar con los inconformes? Prefiere que Hernán Villarreal enfrente el caso y amenace con “nos veremos en el 24”.
Por qué no enfrenta con datos duros el “Caso Fabriles”, del chamaco que murió por causas desconocidas y cuyo cuerpo fue cremado de inmediato.
Samuel tiene muchas lumbres prendidas. Les saca la vuelta con viajes para traer inversiones, o bien, echando bronca por todo con diputados y alcaldes.
Si en NL hay un político acusado de corrupción, merece estar preso. Llámese Francisco, Adrián, Rodrigo, “Chefo” o Nati. (o este no porque es su mentor).
No incluimos a “El Bronco”, que ya estuvo preso, pero no por corrupto, sino por otros “delitos”, aunque Samuel el 10/9/2021, dijo que le dejó “un asco”.