Gerson Gómez

Quienes llegan en la curva del fin del sexenio. Lo hacen no con las mejores cartas credenciales. Ni para la cancillería. Mucho menos para la ciudad de México. Gobernación estrenará su tercer secretario. De los diputados obligados a renunciar, los suplentes harán lo mismo. Levantar las manos y tal vez, subir a la tribuna. Claudia, Marcelo, Adán, Noroña o Monreal ya conocen los resultados de los consejeros. Del teatro de la simulación. Solo existen dos competidores. Los otros tres serán quienes negocian la supervivencia política para sus grupos. En las siguientes mañaneras, Andrés Manuel, el primer demócrata del país, les dará la bienvenida. Resaltará las características de sus proyectos. Afines a la 4T. Cicatrizará, sí, serenará las intentonas de deserción. Nada fuera. Nadie desplazado. Aquí viene el progreso. Por este lado se estará sirviendo al país. Los liberales, los de avanzada, el pueblo bueno. Solo falta la votación. Conocer al desdibujado elemento de los conservadores. La coalición medusa debe encontrar, entre quienes han levantado las manos, el elemento competitivo. De liderazgo para las clases medias aspiracioncitas del norte del país. Del 28% donde no gobierna MORENA. Andrés respira sereno. Toma la mano de su esposa, la poeta, la doctora en humanidades. Podremos regresar a nuestro modesto departamento. Continuar con la vida secular posterior al poder. Ir a cobrar la pensión de los adultos mayores. Escribir los siguientes éxitos de las librerías. Tal vez el próximo premio Xavier Villaurrutia o el Nobel de Literatura. Del gran redactor de las páginas de la historia moderna de México. sonico2@hotmail.com