CDMX.- Héctor Silva, de 50 años y padre de familia, se encontraba despierto y cantando Las mañanitas en el quirófano, mientras especialistas del Centro Médico Nacional “20 de Noviembre” del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) le retiraban exitosamente un tumor en el cerebro de tamaño más grande que un huevo, el cual era metástasis de cáncer renal.
1Un equipo multidisciplinario de especialistas liderado por el neurocirujano Cuauhtémoc Gil Mejía e integrado por profesionales en radiología oncológica, neuropsicología, anestesiología, neurología y enfermeras participaron en el complejo procedimiento.
Héctor Silva recuerda que en abril de este año acudió al hospital a revisión y al salir para emprender su regreso a casa se sintió confundido. “No sabía exactamente dónde estaba y como pude regresé al consultorio. Le dije a la doctora: Tengo un problema, me bajaron el switch, a lo que ella me contestó: ¿El switch? ¿Qué es eso? No recuerdo nada, le dije, si usted me pregunta mi nombre, no sé quién soy ¿Me puede ayudar?”.
Con tal estado de confusión inició el diagnóstico del tumor cerebral de este paciente, refirió el neurocirujano Gil Mejía. Se hizo una tractografía, un estudio de resonancia magnética específico para el tumor, con tecnología de punta, que ayudó a planear el procedimiento quirúrgico, al identificar todas las áreas del cerebro comprometidas con el tumor, que pueden involucrar la función del movimiento, la sensibilidad, del lenguaje o de la memoria.
Se identificó un tumor bastante grande, medía de cuatro y medio a cinco centímetros de extensión, por tres y medio de grosor, aproximadamente, ubicado en el lado izquierdo del cerebro, lo cual explicaba la confusión mental que presentó el paciente, describió.
“Para mayor seguridad y precisión en el retiro del tumor, decidimos operar con la técnica de paciente despierto.”
Durante la neurocirugía, detalló, se utilizó un ultrasonido transquirúrgico que ayudó a visualizar en tiempo real y en vivo el tamaño y las dimensiones del tumor y su vascularidad.
El neuropsicólogo se encargó de evaluar el estado mental del paciente, mantenerlo despierto, hablando y en alerta, realizándole preguntas, mostrándole ilustraciones para que identificara figuras y vigilando que sus funciones cerebrales no fueran alteradas.
Previo a la resección de la lesión, con un aparato denominado estimulador cortical de bajo voltaje se estimularon las áreas del lenguaje, las motoras de la mano y de la pierna; “cuando estimulamos las áreas de la corteza cerebral expuesta, veíamos cómo se movía la mano del paciente y cómo cantaba, hablaba o se le dificultaba expresarse”, refirió el especialista.
“Esto es importante porque es un mapeo para identificar áreas elocuentes del cerebro, son zonas fundamentales y críticas para evitar que el paciente salga con alguna lesión.”
Una vez identificadas estas zonas, se procedió con seguridad a hacer la resección del tumor y retirarlo.
A los cuatro días de la cirugía, el paciente respondió favorablemente a la evaluación neurológica funcional, estuvo listo para irse a casa por su propio pie, con un resultado muy bueno y la preservación de sus funciones cerebrales. Actualmente, se recupera satisfactoriamente y continúa en vigilancia médica desde consulta externa.
Tras ser dado de alta del hospital, Héctor Silva manifestó: “Estoy profundamente agradecido con Dios, con mi familia y con todos los médicos y enfermeras que me han apoyado en este Centro Médico Nacional ’20 de Noviembre’ del Issste, estoy de pie y adelante para lo que siga”.