Gerson Gómez
Semarnat es una entidad federal ineficiente. Es la veleta de las transfiguraciones financieras. Para cualquier empresa, incluyendo Tesla, necesita cumplir una serie de trámites y papelería. Aceitar la maquinaria cuesta. Repartir prebendas en toda la escala de quienes dan los vistos buenos. Por el momento el municipio de Santa Catarina, el compadre Elon Musk y el gobierno estatal de Samuel García, carecen de los permisos para instalar la mega planta. Deben esperar hasta el 2024. Ni Andrés Manuel ni a los secretarios de estado, incluyendo economía, trabajo y gobernación, les interesa abrillantar el nearshoring, la esclavitud disfrazada de bonanza, de Samuel García. Heredarán a quien continúe en el poder las negociaciones. Incluso el empezar desde cero. Volver a tocar puertas. Cumplir con los estudios de impacto ambiental, de servicios municipales e incluso de seguridad. Colocar en la ciudad el señuelo del logotipo de la empresa automotriz no sirve de nada. Solo para disuadir a los incautos de una bonanza inexistente. De la posibilidad de progreso social. Abandonar sus estados de origen para venir a Nuevo León. Enfrentarse a una zona conurbada sucia, peligrosa, sin espacios de recreación sanos. La gran cantina de los municipios colindantes a Monterrey, los fusilamientos, disculpe, las ejecuciones por parte del crimen organizado, no es materia de Semarnat. Es del Estado de Nuevo León. Hacerse o pegarle al incapaz mental, en otra época inventaron la figura de lobista de la ciudad, va desdibujando el entramado de los socios universales de Samuel García. Toda la pléyade de compadres, como les llama fanfarronamente el gobernador, a sus prestanombres. Semarnat es la piedra incómoda en el talón de Aquiles, de una administración sosa y desangelada. sonico2@hotmail.com