Por Salvador Hernández LANDEROS
La alcaldesa de Guadalupe, Cristina Díaz Salazar, está a una “nadita” de entrar al círculo de distinguidas mujeres priistas por su trayectoria política.
Sin embargo, la alcaldesa está en la disyuntiva de entrar, o no, a ese distinguido círculo, debido al supuesto empeño de heredarle el cargo a su retoño.
Sus adversarios políticos, que están en MORENA, MC y hasta en el mismo PRI, están al acecho porque, para ellos, esa decisión podría facilitarles el camino.
Se rumora con insistencia, que Cristina Díaz, está negociando con el CEN del PRI, que su hijo, Tomás Montoya, sea su sucesor en el cargo que ella ostenta.
En otros medios se ha comentado, que el mismo Tomás Montoya, se ha reunido con integrantes de otro partido, Movimiento Ciudadano, para abanderarlo.
Tomás Montoya no se ha pronunciado abiertamente. Él está en el encargo actual que tiene y tampoco su mamá ha tocado ese tema en los últimos meses.
Para la alcaldía de Guadalupe hay varios tiradores para el 2024. Entre otros el líder de los burócratas municipales, Héctor García, que dejó al PRI por MC.
García, junto con Alfonso Robledo, ex del PAN y quien también lo dejó para irse a MC, son dos pre candidatos para contender por esa alcaldía.
La trayectoria priista de Cristina Díaz Salazar en NL, no tiene comparación. Ha sido siempre en ascenso a nivel local como nacional, incluso en la CNOP.
En algunos sectores se dice que el acercamiento de Tomás Montoya con MC, es a través del alcalde de Monterrey, por aquello de la “Fundación Colosio”.
La decisión de la alcaldesa será muy significativa. O sale por la puerta grande, o al igual que las actuales diputadas priistas. Como sepultureras del PRI.