sáb. Dic 21st, 2024


Gerson Gómez
Su tribu desciende de la impostura. Del rancio Panismo de principios del siglo XX. Abrazada por la fabricación de ideales. Amparada en el claroscuro de Vicente Fox y Martha Sahagún.
En las manos de la senadora Xóchitl Gálvez pasó mucha de la sangre derramada de los campesinos de Atenco.
La farsa de la familia Otomí no le acerca al México profundo. Las frases, las participaciones en entrevistas o en tribuna, representan la parte corroída, grosera y chafa.
Xóchitl asume ventaja fantástica por encima de Santiago Creel y de Enrique de la Madrid Cordero. Sentada en una posición contundente. Doblegar las voluntades de los presientes del PRIANRD.
Reta al presidente. Olvida la figura plenipotenciaria, el acceso a la información, de Andrés Manuel. Le revira con argumentos de violencia de género, secrecía de datos. Patea el pesebre. Agita el avispero.
Andrés no es el principal promotor de la campaña de Claudia Sheinbaum. Sino los aires de cambio. De la agenda para ceder el poder a lo femenino.
Xóchitl y Claudia carecen del dinamismo para enfrentar los problemas nacionales. Incluyendo la inseguridad, la carestía, el narcotráfico, el poder del empresariado transnacional y de la milicia mexicana.
El peso de las decisiones, en el Senado o en la gubernatura de la Ciudad de México, es infinitamente inferior a los sectores del norte, el centro y del sur, del territorio nacional.
Indigenista o mestiza, como la gran mayoría de los ciudadanos, tuerce la voluntad al capricho del son de la oposición.
Galvez encabeza a su tribu, los Xochimilcas. Solo a ellos. Los socios, promotores y entreperneurs enrabiados con la 4T.

Por Admin

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