dom. Dic 22nd, 2024


Óscar Tamez Rodríguez
México se consagra en la Constitución Mexicana de 1824 como una nación republicana y democrática. Luego de 199 años aún debatimos sobre la vigencia de la democracia como forma de gobierno en el país.
Para muchos somos una nación democrática, para otros tantos no lo somos. Lo difícil no es demostrar que vivimos en un Estado con forma de gobierno democrático, lo casi imposible es señalar a partir de cuándo la nación se concibe como democrática.
La primera constitución que tuvo algo de vigencia en lo que hoy es México fue la Pepa, aprobada en 1812 su vida fue efímera en la entonces colonia española. Ahí se concibe a España y sus territorios como una monarquía constitucional.
En 1814 tuvimos la primera Constitución redactada por mexicanos, en ella funge como diputado por el Nuevo Reino de León (hoy Nuevo León) el general José Ma. Morelos y Pavón, su vigencia fue parcial en el territorio e igual de efímera que la Gaditana.
Es hasta 1824 cuando se define como un Estado republicano, federal y democrático, aún conserva el dogma como parte del Estado y las libertades de pensamiento y expresión quedan en un plano secundario, eso hace que sea una democracia parcial.
Vendrán golpes de Estado donde por momentos es una república democrática, luego monarquías, dictaduras y otras formas de gobierno que quizá sean difícil de definir en los esquemas tradicionales de la teoría política.
La Constitución de 1857 y aún más sus reformas liberales hacen de la Carta Magna un texto democrático, con un sistema electoral indirecto, similar al norteamericano pues al fin de cuentas es el modelo a seguir en una nación que no termina por encontrar el rumbo de sus instituciones.
En 1910 Francisco I. Madero inicia su movimiento revolucionario en busca de la restitución democrática en el gobierno, logra el triunfo, pero poco dura, regresan los golpes de Estado, primero Victoriano Huerta y luego Venustiano Carranza y más delante el grupo Sonora, así la inestabilidad hasta 1920 cuando Álvaro Obregón surgido de una elección consolida su gobierno.
La Constitución de 1917 es el sustento de la democracia moderna en el país, los postulados de sufragio efectivo y no reelección propuestos un día por Porfirio Díaz y luego por Madero se cristalizan.
A partir de la ley electoral aprobada el 6 de febrero de 1817, la elección de diputados y senadores debe ser directa, libre y casi secreta, esto convierte a la mexicana en una democracia de avanzada, justa y equitativa, donde todos (menos ellas) pueden votar y ser votados tal cual lo establece la Constitución aprobada un día antes que la Ley.
La elección para presidente de la república se mantiene como indirecta, siendo la cámara de diputados quien se constituye en colegio electoral y vota para elegir al presidente del período entre 1916 y 1920. Sí, en 1917 se elige al presidente en retroactividad y por seis años, resultado ganador como se esperaba, Venustiano Carranza.
Vendrá el tiempo de la preinstitucionalización en nuestra democracia, el momento de los caudillos militares post revolucionarios, el ejercicio unilateral del grupo Sonora en la política mexicana.
La democracia da sus primeros pasos, sin embargo, sigue latente el peligro de estallidos armados, por eso matan a Pancho Villa, pero quedan otros como Saturnino Cedillo quien, aunque aliado de los sonorenses, representaba una fuerza armada como otros caudillos regionales.
La solución fue eliminar al último caudillo revolucionario y convocar a un sistema de partidos políticos, el intelectual de esto: Plutarco Elías Calles.

Por Admin

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *