Todos admiramos las fotografías que nos muestran desde la cima de las montañas, pero son pocos los que están dispuestos a ir a tomarlas.

Cazar la fotografía y subir la montaña son dos disciplinas distintas. Cazar la foto requiere paciencia para esperar el día con el clima adecuado y conocimiento para capturar la imagen. Subir la montaña requiere disciplina para aguantar la demanda física que va a requerir.

En ambos casos debes ser paciente y diligente para estar preparado: la recompensa será estar en donde pocos han estado y descubrir cosas que no existen las palabras para describir.

En la cima de la montaña están las promesas, los sueños, los anhelos. Es como tocar el cielo con los pies en el suelo y capturarlo para que otros lo disfruten.

Hay un enemigo de tu alma que podrá haberte quitado muchas cosas, pero muchas otras están solo a una oración y una decisión de alcanzarlas.

¿Estás listo? Extiende tu petición al Señor, escucha Su respuesta y ve por ella, que hay que recuperar lo perdido.

Hoy nos levantamos, no en nuestras fuerzas, sino en las de Dios para ir a hacer lo que nos ha mandado.

¿Crees esto? Habla con Dios, lee la Biblia y descúbrelo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.

1 Sm. 30:19

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