Hay muchas cosas que yo quisiera que mis hijos hicieran por elección, no por obligación; y así como nosotros lo deseamos, es un anhelo de Dios también.

Cuando Dios creó al hombre y lo puso en el jardín se dio cuenta que no era bueno que estuviera solo y que necesitaba una ayuda idónea, pero no lo hizo de inmediato. Él sabía lo que Adán necesitaba, pero Adán necesitaba desearlo primero para apreciarlo.

Entonces, Dios se puso a trabajar, creó los animales y le dio a Adán la responsabilidad de ponerles nombre.

Mientras Adán hacía su tarea, descubrió que de cada especie había una versión masculina y otra femenina, y que no había la compañía idónea para él.

Adán era tan diferente al resto de las bestias y se dio cuenta que aunque los animales pueden ser buena compañía, no son lo que él necesitaba.

Entonces, Dios lo puso a dormir y de su costilla, hizo a Eva; ella no era de otra especie, era igual que él, con la misma capacidad de señorear sobre el resto de las bestias, por eso Adán no la llama Eva, que quiere decir madre de los vivientes, sino Ishshah (Del hebreo.- varona), porque reconoce que ella es diferente a todo lo creado pero igual a él, porque del Ish. (Del hebreo.- varón) fue tomada.

Dios sabía lo que Adán necesitaba, pero creó una necesidad para que él lo encontrara deseable.

Dios sabe lo que usted y yo necesitamos, y no nos obligará a aceptarlo, sino que permitirá que a través de las distintas situaciones, sea deseable y lo elija a Él.

Usted, Dios y su cónyuge son la compañía que necesita para cumplir su propósito en la vida, donde podemos ser vulnerables sin avergonzarnos.

¿Crees esto? Habla con Dios, lee la Biblia y descúbrelo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.

Gn. 2

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