Ixtoc Hinojosa Gándara
El día de ayer escuché la mejor descripción del Gobernador de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda, lo describieron como un aprendiz de dictadorzuelo, como si todas sus decisiones y acciones debieran ser aplaudidas y no acepta cuestionamientos. Esta descripción me hizo recordar mucho las características de la personalidad de Andrés Manuel López Obrador, es decir alguien que en campaña te seduce al oído prometiéndote mil cambios y no es capaz de llevarlos a cabo debido a la falta de la cualidad más importante que debe de tener un gobernante a cualquier nivel, la capacidad de diálogo y el saber escuchar al que piensa diferente a ti.
Se los digo describiéndome como una persona y un ferviente panista que creció odiando a todo lo que oliera a PRI, desde el aspecto muy personal y familiar hasta la representación institucional y su presencia en la grilla estudiantil en la cual crecí y estudié. Pero que ahora logro entenderlos, más no justificar sus pasadas acciones, y saber que solo juntos podemos destruir a un monstruo populista y que pone en riesgo el futuro de nuestros hijos y de nuestro país.
Con lo mencionado en las anteriores líneas podría ser entendible que me hubiera convencido una opción “nueva” como el partido naranja que se ostenta como la representación de la nueva política y en cambio logra la anexión a sus filas de personajes muy cuestionados y a través de prebendas presupuestales. Creo que el mensaje de la ciudadanía nuevoleonesa fue muy claro al darle el triunfo en la gubernatura a Samuel García pero no otorgarle ningún triunfo en cualquiera de los 26 distritos locales, lugar que estaba lleno de personajes que habían renunciado a sus partidos políticos anteriores, los llamados chapulines y también múltiples personajes exageradamente cuestionables. Con lo mencionado anteriormente trato de explicar el mensaje ciudadano, “Gobernador tienes que dialogar con las demás fuerzas políticas del estado, si no lo haces atente a las consecuencias”.
A las pruebas me remito, cuantos municipios que ahora se dicen naranjas cambiarán de color y nos daremos cuenta que una vez más el que ocupa el asiento del Gobernador desaprovecha la oportunidad como lo hizo Jaime Rodríguez. Sí, la política se trata de ganar elecciones pero también y mucho más importante es saber gobernar bien y mejorar las políticas públicas, si no me cree señor Gobernador pregúntele al trabajador que pasa más de 6 horas al día en el transporte público. No todo son redes y anuncios, Samuel aprende a gobernar.