Raúl Guajardo Cantú
Por si algo le faltara a nuestro gobernador, Samuel García, ahora resulta que la inauguración del ducto II de la presa El Cuchillo fue solo para la foto y no hay agua en él, es más, según algunas informaciones, ni siquiera se compraron los transformadores eléctricos necesarios para que las bombas que traerán el agua a la ciudad funcionen.
Hay que darle el beneficio de la duda a nuestro gobernador, de eso estoy seguro, pero aún y cuando el presidente fue testigo de la inauguración, no sería la primera vez que el mandatario inaugurara una obra que aún no es plenamente funcional.
Ahora bien, supongamos que no hay por el momento agua en el ducto, supongamos que en efecto la inauguración fue solamente para la foto y para generar la esperanza entre los nuevoleoneses de que en breve se solucionaría, por lo menos en parte, la crisis del agua.
¿Cuál sería el beneficio para el gobernador? Realmente no vemos ninguno. Quizá ganar algo de tiempo, ya que dijo que el agua tardaría unos días en llegar a la zona metropolitana. Fuera de eso no le vemos utilidad a realizar una mascarada de ese tamaño.
Lo que sí está sucediendo es que algunos sectores de la población se están hartando de la falta de agua, un ejemplo de ello fue el bloqueo que se realizó en hora pico en la avenida Gonzalitos, una de las principales de la ciudad, debido precisamente que el sector de Mitras, colonia de clase media, ha sufrido por la falta del líquido durante varios días.
Quizá Samuel debería de dar una explicación clara de lo que está sucediendo, si realmente hay agua en el ducto o si no la hay pero la habrá en algún momento de los próximos días.
Samuel no puede aspirar a algo más si comienza con este tipo de opacidades, menos en un caso tan claro como es la falta de agua, la cual no se puede ocultar.
El caso es que en lugar de buscar “soluciones” que solamente le sirven para ganar tiempo, lo que debería hacer es buscar alguna otra más imaginativa, como la que tantas veces a señalado su director de Agua y Drenaje, que consiste en modular las presiones y soltar agua, aunque sea por unas horas, en todos los sectores y no dejar siempre a los mismos sin el recurso.