En 1998 Pablo Olivares, vocalista de la banda de rock pesado argentino Halógena fue invitado a participar en el Vive Latino de MTV,  y durante un paseo por El Zócalo con su banda fueron secuestrados durante ocho horas y luego fueron liberados.

Mientras solicitaban su rescate y escalaba la tensión a causa de que se negaban a pagar por ellos, los gritos y los golpes subieron de intensidad hasta que uno de los secuestradores puso un arma en su frente y le hizo una pregunta que le cambió la vida: ¿crees en Dios?

Y en el peor momento, él reconoce que prefería morir así, como un rockero diabólico cuya muerte saldría en El Clarín, porque él amaba la plata, el éxito y el aplauso, aunque fuera muerto.

Y le volvió a preguntar a punta de pistola: ¿crees en Dios?. 

Él quería decir que no, pero con su cara llena de piercings, el pelo de colores y el cuerpo tatuado, se escuchó asustado diciendo: sí.

El secuestrador y el rockero sostuvieron la más irónica de las charlas, mientras en el corazón de Pablo recordaba a mil por hora cómo quiso tapar con sexo, drogas y rock and roll las enseñanza que recibió en casa y en el momento crítico, ésta brotó  de su boca-.

Porque aunque tú te apartes del Camino, la enseñanza que recibes no se aparta de ti, ni Dios tampoco.

Pablo y su banda fueron liberados en medio de una locura de incidentes que transformaron su corazón porque Jesucristo vino a buscarlo.

Luego de 15 años de haber huido de casa, al encontrar a su madre esperándolo en el aeropuerto de Argentina, él le espetó contrariado, ¿qué pasó? Y ella le contestó: lo que pasó es que Dios contestó mi oración.

¿Crees esto? Habla con Dios, lee la Biblia y descúbrelo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.

Pr. 22:6

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