Raúl Guajardo Cantú
Circuló profusamente un audio aparentemente con la voz de Martí Batres en el cual daba instrucciones a una persona para que desobedeciera las órdenes de Claudia Sheinbaum en el sentido de apoyar a Omar García Harfuch en sus aspiraciones de ser el candidato de Morena a la jefatura de gobierno de la CDMX.
Obviamente Batres negó el contenido y acusó de que el audio había sido elaborado con Inteligencia Artificial, lo que desde hace tiempo se llama Deep Fake, es decir, falsificaciones que difícilmente pueden ser detectadas. Afortunadamente para el actual jefe de gobierno solo fue el audio, ya que con esas herramientas también se puede falsificar la imagen y ahí la cosa se hubiera puesto peor.
El punto, sin embargo, no es si realmente Martí dio o no esa orden, si el audio es falso o no, lo interesante es analizar el por qué de este ataque, ya sea contra Batres o contra Sheinbaum, porque en cualquier caso es un ataque que se presenta en medio de una disputa que cada día se vuelve más fuerte, entre distintos grupos morenistas.
Recordemos que hace unos días el estadio Azul no se llenó como era lo esperado para el acto en el cual se firmaría un acuerdo de unidad en ese partido, a tanto llegó el desaire que la coordinadora de la defensa de la 4T decidió no salir al evento y se retiró del lugar, dejando a Mario Delgado la cancelación de dicho acto.
Los rumores, que parecen ser cada vez más ciertos, coinciden en que no llenar el estadio fue una forma de los grupos llamados “puros” de mostrarle a Sheinbaum que no están de acuerdo con su decisión de apoyar a Harfuch y de señalar quién tiene el poder en CDMX.
Para la abanderada de la 4T perder este reto la llevaría a ser exhibida como la poseedora de un bastón de mando, sin mando y quedar en manos de quienes se consideran los dueños de la fuerza al interior de Morena.
Es este un escenario difícil no solo para Claudia, sino para el propio presidente, ya que si se cuestionan las decisiones tomadas por su elegida, se le cuestiona también a él, se cuestiona su decisión.
El escenario alterno es, creemos, peor, ya que en este, los puros estarían impulsados desde Palacio Nacional y tendrían la intención de mostrar que, al final de cuentas, líder solo hay uno.