Les impusieron agendas conjuntas. Lo hicieron por el bien del proyecto político. Sumar votos en carretadas. Así los distritos locales, los federales y por la gubernatura, con el único fin: consolidar la figura de Samuel García.
En el trayecto cotidiano, las buenas ideas se erosionaron. Mas de tres cabezas, con sus diferentes categorías, inteligencias, arraigo y sensatez, desconocieron las patadas por debajo de la mesa.
La principal detractora es la mejor beneficiada. Claro. El agua y el aceite no se mezclan. Mucho menos en zonas donde el privilegio social reconoce apellidos, trayectoria e imagen.
Ximena Peredo, la exactivista y ahora secretaria de participación ciudadana estatal, perdedora de calle en las casillas. Amenazante, como aprendió de sus mentores periodísticos, utiliza la patente de corzo para amenazar, incluso a sus compañeras mujeres.
Poco sorora, les refuta a pantallazos: no sabes quien soy o con quien te estas metiendo.
No extraña su proceder. Clava colmillos en carne blanda. Bien cocida. Si se trata de calumniar, como lo hace en tiempo presente y en el inmediato pasado, el historial de errores la tiene sentada con amparo judicial en su puesto.
Aspira, si lo hace, a competir en las boletas electorales del 2024. Ha fraguado, a espaldas de otras secretarías, el juego de datos de lideresas en las zonas de San Pedro Garza García y Santa Catarina, donde reside en la actualidad.
Olvida, no. Pretende ser candidata tomando café y galletas en jardines de colonias exclusivas, a donde le invitan por gestiones de sus otras compañeras del proyecto político de Samuel.
Jamás menciona, su costumbre de difamar y de romper pactos políticos. Solo por el simple acto de doble intencionalidad. Sustentar una inexistente pulcritud personal y congruencia. Donde se le conoce, a Ximena Peredo, todo el peso de su soberbia.