jue. Jun 26th, 2025

Raúl Guajardo Cantú
De un tiempo a la fecha el oficio de la política se ha devaluado, anteriormente quien deseaba dedicarse a ella debía pasar más o menos por un proceso de aprendizaje, no en las aulas, sino en tutela con algún político mayor o con algún grupo político.
Se pasaba desde el activismo de calle, pegar carteles, repartir volantes, cargar el maletín al jefe, ser su asistente y así. Todo ello tenía una finalidad, se iba formando al individuo como en la antigüedad se formaba al aprendiz de cualquier oficio.
Hoy parece que eso no funciona, se trata de ser bien visto en redes sociales, de saber pronunciar dos o tres frases, de preferencia que rimen, ser considerado como un político disruptivo o, de preferencia un outsider sin nexos con los del antiguo régimen.
Pero precisamente esa falta de formación está cobrando su precio. Hoy los políticos no saben hacer política, quieren ser dictadores absolutos, cuya palabra sea ley, utilizan los aparatos del estado para doblegar a los que no piensan como ellos o a los que no “les hacen caso”.
No es privativo de México, mucho menos de Nuevo León, pero aquí ejemplos sobran, tanto del gobierno estatal como por parte del Congreso. La muestra más reciente de la forma en que hoy se realiza la política la tenemos en la aprobación de las cuentas por parte de la Auditoría Superior del Estado, dependiente del Congreso y, obviamente, ligada a sus líderes, aprobó al cien por ciento las cuentas de los municipios del ahora llamado prian y realizó observaciones a los gobiernos emanados del partido naranja.
Tal fue el desaseo que hasta una crítica del gobierno actual, como lo es Liliana Flores Benavides señaló un uso faccioso de la ASE.
Pero ese es solo un botón de muestra, del otro lado hay todo un muestrario que nos enseña lo que no se debe hacer, actuaciones que de alguna u otra forma rayan en el chantaje, como ese intento de negociar el presupuesto a cambio del nombramiento del gobernador interino, pasando por encima de las facultades constitucionales del Congreso local.
No, no se trata de volver al pasado, no decimos que antes estábamos en el paraíso, pero por lo menos los políticos hacían política y no organizaban batallas campales como ahora, en donde, por cierto, el perdedor es el ciudadano.
Pero eso sí, mañana vuelven a pedirnos su confianza, aunque algunos ya comenzaron.

Por Admin

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