sáb. Sep 7th, 2024

Raúl Guajardo Cantú

Tuvo que caber la prudencia en los actores políticos envueltos en esta tragicomedia para que las aguas volvieran a su cauce… por ahora. Fue la renuncia de Luis Enrique Orozco la que dio pie para que las cosas no llegaran a mayores, por ejemplo a la desaparición de poderes en el estado, con lo cual perderíamos todos, más de lo que hemos perdido en términos de imagen para el estado.

Porque luego del caos en que nos vimos envueltos gracias al estira y afloja entre el gobernador y los diputados del llamado PRIAN, a ver qué tanto la marca “Nuevo León” se vio dañada y las inversiones que supuestamente iban a llegar, no lo hagan.

Pero consideraciones de ese tipo aparte, lo que nos parece es que se debería legislar para que los políticos no ejerzan ese derecho al “chapulineo” del cual abusan cotidianamente, está bien que deseen crecer, creemos que ese es un derecho, pero no a costa de ir dejando a medias cada trabajo que se emprende. Quizá poniendo un mínimo de estancia en el puesto o algo que pueda establecer un mecanismo ganar-ganar.

No se trata de impedir el crecimiento de las personas, de los políticos, sino de encontrar algún tipo de mecanismo para que tampoco los ciudadanos nos veamos afectados por decisiones unilaterales solo porque, “es su derecho”, sin ponerse a pensar en los derechos de los ciudadanos que vivimos en Nuevo León o quizá pensando que solo sus derechos son importantes.

Lo peor de todo es que no creemos que las cosas vayan a parar aquí, seguramente los dimes y diretes continuarán, videos como los de Alito Moreno y Adrián de la Garza tendrán su respuesta en otros videos como los que acostumbra el nuevamente gobernador.

Ojalá y todo quedara ahí, seguramente continuaremos siendo testigos de la serie de golpeteos de todo tipo, porque seguramente cada uno de los bandos querrá hacer prevalecer su punto de vista.

Mala cosa nos espera en los próximos meses, peor si en las próximas elecciones se reafirma la mayoría del PRIAN en el Congreso local y Samuel no comprende, o no quiere hacerlo, que también los diputados son elegidos por los ciudadanos, tal como lo fue él.

Esperemos que las cosas no lleguen a mayores, nada nos daría más gusto que esto acabara como el título de la obra shakespeariana “Mucho ruido… y pocas nueces”. Veremos en que para todo esto.

Por Admin

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