La higuera tesoro en casa… escárbele
Por lo Pronto
Por: Rodin
¿Sabía usted que la higuera es el único árbol que en el mismo año nos brinda dos cosechas, la primera en mayo y la segunda en septiembre? Se afirma que existen más de 700 especies de higueras que vendrían siendo el grupo de plantas más variado del mundo. Existe la forma silvestre, la cual tiene forma de arbusto, y la forma hortícola, o cultivada, que tiene forma de árbol.
La higuera aparece en todas las historias de los orígenes de las culturas de todo el mundo. Las higueras han proporcionado alimento, refugio, medicamentos y materiales a los seres humanos desde que existen como tales. Los deliciosos higos nos han acompañado desde hace casi 80 millones de años.
Las higueras alimentaron a nuestros antepasados y han influido en diversas culturas, desempeñando papeles clave en los albores de la civilización. Aparecen y son mencionadas siempre en cada religión principal, ya sea junto a Adán y Eva, o llámese Krishna, Buda, Jesús o Mahoma.
Estos árboles intrigaron a Aristóteles y sorprendieron a Alejandro Magno. Fueron fundamentales en la lucha de Kenia por su independencia y ayudaron a restaurar la vida después de la catastrófica erupción del volcán Krakatoa en Indonesia.
Los faraones de Egipto esperaban encontrarse con árboles de higuera en la otra vida, y la reina Isabel II de Inglaterra dormía plácidamente bajo una enorme higuera en Kenia cuando le informaron que su padre, el rey Jorge VI, había fallecido de cáncer, por lo que tendría que subir al trono real para ser coronada a los 25 años de edad.
En nuestro país, los principales productores de higo son los estados de Morelos por su clima templado. Le siguen Baja California Sur, Veracruz e Hidalgo, siendo Morelos su principal productor con más de 3,000 toneladas de higo. Una buena cantidad del producto se exporta a varios países.
Además, debido a sus contribuciones como especie clave en los ecosistemas de todo el mundo, los higos han ayudado en los esfuerzos de reforestación y la mitigación del cambio climático. Han contribuido a la teoría de la evolución, al nacimiento de la agricultura y posiblemente usted tenga un tesoro en su casa.
En América Central, los entierros de dinero son prototipos de leyenda: “En la mayoría de las haciendas o casas viejas, hubo gente enterrada. Todo esto pasaba porque antes los ricos terratenientes acostumbraban a enterrar sus riquezas en botijas de barro, en cofres de metal o de madera. Mandaban a un peón a que abriera un hoyo, una vez hecho esto, se enterraba el dinero, luego se tapaba, y entonces algunos patrones mataban al peón por miedo a que dijera el lugar donde se escondía el tesoro, y entonces lo enterraban junto al dinero. Por eso es que casi siempre al escarbar se podría encontrar un esqueleto”.
Si alguna región del Noreste de México está llena de historias de tesoros enterrados y de anécdotas de bandoleros, sería la Sierra Madre Oriental, desde Coahuila hasta Veracruz, y a nivel local desde los cañones y serranías de Allende, Santiago, Monterrey, San Pedro y Santa Catarina, Nuevo León, entre otros.
En Monterrey, en el primer cuadro de la ciudad y en algunas colonias alrededor del centro, que antes eran grandes extensiones de haciendas, nuestros abuelos relataban que durante los tiempos de la Revolución Mexicana, ante el acecho y la desconfianza de las facciones revolucionarias que hurtaban un día sí y otro no, algunos bancos de la época. Muchas familias adineradas escondían preciados tesoros en forma de monedas de oro, plata o joyas, los cuales eran supuestamente escondidos por familiares, amigos o conocidos en el patio de su casa o en algún terreno de su propiedad o en algún cerro aledaño, casi siempre junto a una fila de árboles, entre ellos las higueras. Así como algunas piedras colosales que servían de guía para poder encontrar, pasando el peligro, sus valiosas pertenencias.
Recuerdo que en la casa donde vivíamos en los años 60, en los terrenos de lo que fue la hacienda de los Urdiales, existía una higuera a la cual mi padre le hizo frente usando la tecnología de aquella época, de la cual salió derrotado. “There is no money”, dijo tristemente. Caso contrario al tío Pepe, quien salió agraciado en su terreno, con un invaluable tesoro situado a un metro de profundidad al lado de una atemorizante higuera y un brillante durazno, encontrándose intactas varias monedas de oro, plata y alguna que otra joya. Seguramente nuestro suertudo tío, quien tenía fama de ser caritativo y justo, compartió su tesoro con sus queridos hermanos, ya que tiempo después, tuvimos oportunidad de cambiar de casa y de escuela.
¿Y usted? ¿Tiene una higuera o una piedra con alguna distintiva señal? Escárbele, no olvide que somos descendientes de varias razas con antiguas tradiciones y costumbres, quienes cuidaban su fortuna con esmero y precaución. Por lo que al escarbar, hágase un favor, no olvide prender una veladora y tapar el pozo al encontrar alguna riqueza o partes de un esqueleto.
Estimado (a) lector, ¡felices fiestas! Recuerda que eres la razón por la que celebramos. Que pases una feliz Navidad rodeado de los tuyos con amor, salud y prosperidad.
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