Raúl Guajardo Cantú
Comentábamos en nuestra anterior colaboración, que pocas o nulas han sido las acciones realizadas por el gobierno del estado, para mejorar la calidad del aire que respiramos en el área metropolitana de Monterrey, AMM, o al menos que, en caso de que se hayan realizado, no se les ha dado la misma difusión que han recibido las realizadas para resolver otro tipo de problemas.
Lo más curioso es que hasta pareciera que el actual gobierno se toma las cosas a la ligera y un tanto a broma, tal es el caso del pico de contaminación que se presentó entre el domingo y el lunes pasados.
Resulta que un alto funcionario estatal salió con la puntada de que el alza en la contaminación ambiental se había debido al juego que protagonizaron los Tigres de la UANL al disputar la final del futbol mexicano, ya que, dijo el funcionario, mucha gente realizó carnes asadas para departir mientras presenciaban el juego.
Por supuesto que nada o muy poco comentó acerca de la denuncia que la propia administración presentó contra la refinería de Cadereyta, la cual, dicen sus propios datos, está elevando los niveles de contaminación debido a diferentes situaciones.
Tampoco dijo que debido a una NOM, Norma Oficial Mexicana, distinta a la que se aplica en otras ciudades, estamos utilizando gasolina que de una u otra forma contamina más que la usada en otras ciudades.
Entendemos que el gobierno actual ha decidido no confrontarse con el gobierno federal con la finalidad de obtener algunas ventajas presupuestales, que han permitido, por ejemplo, realizar el acueducto II de El Chuchillo, el cual fue posible gracias a recursos extraordinarios, también que ahora el gobierno federal ha decidido apoyar la creación de un tren interurbano que va de García a Pesquería aportando algunos recursos, pero sobre todo impulsando a la empresa ferroviaria para que apoye el proyecto.
En ese sentido no resulta raro que el gobierno estatal y su titular, Samuel García, cierren los ojos ante las evidencias de que la refinería de Cadereyta contamina bastante y afecta la salud de los nuevoleoneses de una forma que solo es observable en plazos largos.
Sin embargo, quizá es tiempo de que, ya sea cabildeando en corto o utilizando sus relaciones, el gobierno estatal tome algunas acciones necesarias para que no tenga que recurrir a chistes malos, como el de las carnes asadas, cuando tenga que enfrentar los problemas palpables de la contaminación.
