dom. Dic 22nd, 2024


Raúl Guajardo Cantú
Cuando nos acercamos al final del año, generalmente nos da por ponernos a pensar en lo que hicimos, lo que dejamos de hacer, lo que nos hubiera gustado hacer, pero sobre todo nos ponemos a ver lo que haremos el siguiente año.
Muchos de nosotros, los que tenemos la oportunidad de hacerlo, durante la noche vieja, al comer las 12 uvas nos planteamos los deseos del año que comenzará en unos segundos, como si el paso de las manecillas de reloj fueran un toque mágico que hará que todo cambie.
Así como nosotros nos planteamos deseos que tienen que ver con nuestra vida cotidiana, bajar de peso quizá, aprender otro idioma o leer algún libro cuya lectura hemos ido posponiendo por mil y un motivos, los políticos también se plantean sus buenos deseos, sobre todo aquellos que tienen que ver con pasar del puesto que hoy ocupan a otro que han deseado desde hace tiempo o a alguno que si bien no su preferido, están en posición de obtener.
Cierto es que ellos se rigen por un calendario distinto que el utilizado por el resto de los mortales, utilizan el calendario que el Instituto Nacional Electoral aprueba para llevar a cabo las actividades que les permita alcanzar sus metas y no por el que llamamos año-calendario.
Si acaso, este fin de año muchos de los políticos, los que aún no conocen a ciencia cierta su futuro, seguramente estarán amarrando los últimos nudos de aquello que desde hace tiempo se han dedicado a negociar, a perseguir, a perfilar en sus mentes.
No esperan que los Reyes Magos les traigan lo que pidieron, si es que no se los trajo ya Santa Claus, sino que seguramente estarán cabildeando la nominación tan ansiada, la afirmación de que podrán ir por la reelección o qué sus mayores los han oído.
Sin embargo, esos políticos, precisamente como no siguen nuestro año calendario, esperarán que nosotros les hagamos realidad, el próximo 2 de junio de 2024, lo que pidieron en sus cartitas y usted debe evaluar si ellos se portaron bien o no.
Está en sus manos hacer realidad o no, los sueños de esos políticos que usted y yo vemos, día tras día, ver más por sus intereses que por el de nosotros, así que ya lo sabe, piénselo bien y decida si los va a premiar o no con un nuevo puesto.
¿Año Nuevo, Puesto Nuevo?, usted decide. Mientras tanto reciba nuestras felicitaciones y nuestros mejores deseos para el año que inicia en breve.

Por Admin

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *