La creación de Adán es una de las pinturas al fresco de Miguel Ángel Buonarroti que decoran la bóveda de la Capilla Sixtina.
En ella, vemos a un Dios que se acerca con fuerza, intensidad y lleno de dinamismo creador a la humanidad, que permanece lánguida y vacilante.
El dedo contraído de Adán frente al de Dios extendido, representa el albedrío que Él nos ha dado para decidir acercarnos con plena libertad, y cómo elegimos no obedecerlo a pesar de que Él viene a nosotros lleno de poder y amor.
Fue el orgullo el que nos sacó del jardín, porque dudamos y creímos que podíamos ser igual a Dios y vivimos con esa idea desde entonces.
Desde el principio, a pesar de nuestras faltas, Dios se ha esforzado por restaurar ese lugar de comunión, donde Adán hablaba con Dios con libertad y aunque estaba desnudo, no se avergonzaba, donde confiaba plenamente en Él y Su voluntad, y trabajaba de acuerdo a Sus instrucciones.
Dejemos de vacilar y de usar el albedrío como pretexto para quedarnos fuera, hay una jardín de delicias a Su diestra. Aparte el orgullo y vuelva con humildad al Señor.
¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo. Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.
Génesis 2:17 | Hebreos 3:15
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