Raúl Guajardo Cantú
El miércoles 3 de enero presentamos cuatro iniciativas de ley cuya finalidad consiste en intentar una forma de mejorar el gobierno que, parece, va a peor cada día y no lo decimos solo por lo que atañe a Nuevo León, son cuestiones que están pasando en muchos países.
Si bien en teoría la Constitución señala que el ciudadano, la persona mayor de edad, tiene el derecho a votar y ser votado, ello no quiere decir que cualquiera por el simple hecho de ser mayor de edad está capacitado para gobernar.
Consideramos que para gobernar, sobre todo un entidad federativa, no digamos al país, se requiere de madurez y experiencia en la administración pública, no se puede simplemente llegar a gobernar solo porque se es popular, ejemplos sobran pero el caso de Cuauhtémoc Blanco es paradigmático.
No se puede simplemente pensar que por ser popular se está preparado para gobernar, es necesario conocer la administración pública desde adentro, estudiarla, prepararse para ser funcionario, no solo con estudios universitarios, que ayudan pero no garantizan un buen gobierno, se trata de prepararse como se prepara, digamos un director de una empresa, que va escalando puestos gracias a su conocimiento de esta y a su experiencia.
Es cierto que no hay garantía de que la experiencia sea suficiente, siempre hay cosas nuevas por aprender, retos novedosos que enfrentar, pero por lo menos se tendría a personas con temple, con un bagaje cultural y de vida que tendría alguien que ya ha transitado por la administración pública en distintos niveles.
Hay quienes consideran que este tipo de propuestas restringen los derechos de los políticos, sin embargo, hay que considerar que estos no son ciudadanos comunes y corrientes, para ellos rige la regla de que solo pueden hacer aquello que les está expresamente permitido por la ley, contrario al resto de nosotros, que podemos hacer cualquier cosa, excepto lo que nos está expresamente prohibido.
Si ello no fuera suficiente, habría que analizar si el derecho de unos cuantos está por encima del de millones de nosotros.
También propusimos que se evite el chapulineo no solo por lo que a puestos se refiere, no se puede dejar todo a medias para seguir con ambiciones personales, sino también de partidos, los funcionarios electos lo fueron gracias a que fueron abanderados de un partido en particular, con una plataforma de principios y al cambiar de partido traicionan al votante.
En fin, esperamos que por lo menos se abra el debate en este sentido y lleguemos a una mejor legislación, una que preserve el derecho de los ciudadanos, pro encima del de los funcionarios.