Muchas veces la ansiedad llega a nuestras vidas porque nos encontramos con grandes deseos de que suceda algo, de saber algo o de que se resuelva algo que esperamos, y no sucede en el tiempo calculado (por nosotros, por supuesto).

Estos son algunos personajes de la historia que fueron llamados por Dios y que nosotros leemos rapidito, pero cuyos acontecimientos tardaron más en cumplirse de lo que nosotros imaginamos:

Job tardó 10 años en recuperar su familia y sus bienes.

Rut tardó 12 años en ver su matrimonio, su seguridad, honor y descendencia restituidas.

José tardó 13 años entre prisiones antes de ser Gobernador de Egipto para salvar a su familia y su nación de una hambruna.

David tardó 15 años desde que fue ungido como rey hasta sentarse en el trono luego de muchas persecuciones y batallas.

Jesús tardó 30 años en comenzar su ministerio oficialmente y tres más en consumarlo.

Moisés tardó 40 años en salir del desierto y comenzar a libertar a su pueblo.

Daniel tardó 70 años en asesorar a 4 reyes y ver el fin del exilio de su nación.

Noé tardó 120 años en construir un arca en medio de tierra firme para un diluvio que no entendían que sucedería, porque hasta entonces no había llovido sobre la tierra.

Los hebreos tardaron 400 años en salir de la esclavitud luego de ser fortalecidos y multiplicados a través de la opresión.

No es fácil esperar para ver el cumplimiento y propósito de lo que Dios nos llamó a hacer, pero sí es seguro.

Siempre que se pone a prueba nuestra fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse.  Así que dejemos que crezca, pues una vez que la constancia se haya desarrollado plenamente, seremos perfectos y completos, y no nos faltará nada.

Dios puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros, si tan solo esperamos con paciencia.

Espere con paciencia al Señor; sea valiente y esforzado; sí, espere al Señor con paciencia. Él no le defraudará.

¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.

Santiago 1:3-4 | Efesios 3:20 | Romanos 5:4-5 | Salmos 27:14

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