José Ingenieros escribió en su libro “El hombre mediocre”, que cada cierto tiempo el equilibrio social se rompe a favor de la mediocridad. El ambiente se torna refractario a todo afán de perfección, los ideales se debilitan y la dignidad se ausenta.

Noé, que era campesino, fue el primero en sembrar un viñedo. De las uvas hizo vino y un día, tomando del vino en su carpa se emborrachó, se desnudó y terminó inconsciente. Entonces su hijo Cam, el papá de Canaán, vio a su papá desnudo y salió a contárselo a sus hermanos.

En el tiempo de la construcción del arca y aún durante el Diluvio, Noé demostró obediencia a Dios bajo circunstancias increíblemente difíciles. Sin embargo, su obediencia menguó cuando la tierra se secó. En este caso en particular, Noé hizo vino, se embriagó, perdió la conciencia y se despojó de su ropa en su tienda. 

Y es que los tiempos difíciles hacen hombres fuertes y templan nuestro carácter, pero en los fáciles, la comodidad y la ociosidad nos vuelven débiles.

Su hijo, Cam, lo encontró en esta deshonrosa situación y se burló de él frente a sus hermanos. 

Cuando Noé despertó, en su resaca maldijo a Cam (es decir, le dijo el mal que vendría sobre él), pero es interesante notar que, aunque Cam estuvo mal y recibiría consecuencias, Noé no se hizo exactamente responsable por su mal ejemplo.

Como padres, necesitamos admitir el pecado humildemente cuando se entremezcla con el pecado de nuestros hijos, porque muchas veces, nosotros somos quienes los motivamos con nuestras acciones primero. 

Si fallamos al no tomar responsabilidad de nuestros errores y, en lugar de eso, nos enfocamos en los errores de nuestros hijos, estamos dando un ejemplo de culpar – excusar. 

Nuestros hijos pueden concluir que las reglas no se aplican a la gente en posiciones de poder o autoridad.

Nuestra disposición para confesar y arrepentirnos provee un ejemplo poderoso para nuestros hijos.

Si queremos educar una generación diferente, debemos dejar la mediocridad a un lado, reconocer nuestras fallas y corregirlas.

¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.

Génesis 9:20-22

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