Raúl Guajardo Cantú
Nos gustaría vivir en un país en el cual los temas de campaña tengan que ver con propuestas para elevar el nivel de vida de los ciudadanos, por desgracia no es así. Las campañas se han transformado en concursos de simpatías o, en el peor de los casos, de demolición, de ver quién golpea más fuerte al adversario, con razón o sin ella.
Aclaremos una cosa, no estamos en contra de las llamadas “campañas negras”, siempre y cuando se dirijan estas a la actuación del contrario en su vida pública, sin abarcar lo referente a su vida privada, se puede, y se debe, criticar a una persona que busca un puesto de elección popular sacando a relucir lo que ha hecho mal en otros puestos, si ha tenido transacciones poco claras con relación al manejo del presupuesto público, todo lo que tenga que ver con su trabajo en el sector público o privado forma parte de la ecuación.
Inclusive también se vale atacar las actuaciones privadas cuando el atacado era parte del servicio público, por ejemplo un funcionario que se porta prepotente en sus horas fuera de oficina, comete algún delito, falta administrativa o cuando pasado de copas quiere hacer gala de su poder en ese estado etílico.
Todo eso, creemos, se vale, porque reflejan la personalidad del individuo en tanto funcionario público, lo que creemos que no se vale es inventar. Lo que no se vale es lo que hoy se llama “Fake News”, noticias con apariencia de verdad pero que son evidentes mentiras.
No somos ilusos, sabemos que en las próximas campañas los ataques serán más hacia este último tipo de noticias, que en las elecciones resulta cada vez más difícil encontrar ejemplos de confrontación de proyectos de sociedad a los cuales podemos aspirar los ciudadanos.
Difícilmente encontraremos propuestas para mejorar la calidad de los servicios públicos, propuestas para combatir en el largo plazo la sequía que padecemos en Nuevo León o superar la crisis de transporte que nos toca vivir, por no hablar de la movilidad tan deficiente en el estado que convierte las grandes avenidas en poco más que estacionamientos durante las cada vez más prolongadas horas pico.
No todo es culpa de los políticos, también pasa por los ciudadanos que nos dejamos llevar por ese tipo de campañas, en la medida en que exijamos que los funcionarios públicos, desde el momento que buscan los puestos, trabajen en favor de todos y no solo de sus intereses.
Veremos cuales serán los temas de campaña, aunque ya circulan por ahí algunos ejemplos de lo que serán estas, ejemplos del lodazal que nos espera.
