Por lo pronto
Por: Rodin
Hablar de Apodaca en sus inicios, automáticamente nos transporta a una tierra fértil y de grandes oportunidades. De ello bien lo sabía el Portugués Capitán Gaspar Castaño de Sosa (Sousa) su principal fundador. Quien en el año de 1585, pobló una antigua estancia en las proximidades del ojo de agua denominada San Francisco, hoy integrado a la mancha urbana de la ciudad.
Apodaca, y su gente, fueron concebidos para ser una metrópoli de valores y tradiciones donde el pasado, presente y futuro, se desplazan lentamente al interior de la vigorosa ciudad para fundirse en una caja de gratas sorpresas. Donde de la nada floreció un campo de grandes oportunidades
Conformado al inicio de su era por ganaderos y campesinos, para posteriormente integrarse con la fuerza de obreros, comerciantes e industriales, la palpitante Apodaca, sumo con el trascender de los años más actividad profesional destacando la calidad de su mano de obra, y la atinada administración de sus representantes municipales. Donde se distinguieron alcaldes, como Lombardo Guajardo Guajardo, Raymundo Flores Elizondo, Jesús Rafael García Garza, (finado) José Antonio Elizondo Garza, y el actual Presidente Municipal. Cesar Garza Villarreal, además de regidores y síndicos, así como sus diversos diputados. Quienes forman una fuerza representativa unida e institucional.
Hoy en día, no hay quien no se atreva a señalar que esa gran ciudad, está predestinada a ser la gran Metrópoli del futuro en el estado. Ya que al inicio de este año 2024, Apodaca, cerrara con una proyección estimada de más 850,000 personas establecidas. Incluso voces autorizadas en la materia hablan de que en poco tiempo quizás, 5 años, la población asentada superara a la par de Monterrey.
Quien se iba a imaginar que los dos conquistadores de ambas ciudades quienes eran amigos de lucha y batallas, Diego de Montemayor y Castaño de Sosa, al trascender a mejor vida, seguirían compitiendo en espíritu para observar desde el valle de los muertos, qué ciudad tendrá más proyección económica, social, y poblacional.
Por lo pronto: confiamos que el progreso y desarrollo de la gran urbe apodaquense. Bajo la luz de una próxima elección municipal, siga fortaleciéndose en la renovación de cuadros políticos conformada entre otros, por una nueva generación de jóvenes honestos, inteligentes, capaces, y democráticos. Que puedan seguir conduciendo la marcha ascendente de esa gran ciudad. Para así, elevar al municipio a un alto grado de nivel. Ya que la ciudad y sus ciudadanos lo merecen.
Sin duda Apodaca, seguirá siendo orgullo de Nuevo León y la capital industrial del Norte de México. A menos que se quiera un retroceso y votar por políticos advenedizos, de ocasión o de moda. Que solo buscan el poder para servirse. Más no para servir.
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