Raúl Guajardo Cantú
En los próximos días se darán a conocer los nombres de los contendientes que, a través de los distintos partidos, disputarán los puestos de elección popular que estarán en juego el próximo 2 de junio, lo cual traerá consigo reacomodos en los distintos partidos y, seguramente, algunas inconformidades que se manifestarán a través de rupturas, rumores o disputas en el seno de estos institutos políticos.
En Movimiento Ciudadano ya se han definido varios de los contendientes, principalmente en Monterrey, Santa Catarina, San Pedro, la mayoría de los distritos locales y federales, principalmente debido a que, al ser el partido en el poder, tienen un liderazgo indiscutible en la figura del gobernador, quien apoya a sus favoritos.
En los otros partidos las cosas son más o menos diferentes, en Morena, por ejemplo, existe un estira y afloja entre la dirigencia nacional y la local, la secretaria General de ese partido, senadora Citlalli Hernández, se ha mostrado como quien define las candidaturas y ha dejado de lado liderazgos locales, tanto algunos que ya tenían una trayectoria como otros de carácter emergente.
Resulta más o menos claro que habrá problemas durante las campañas en caso de que no se llegue a un consenso entre las distintas fuerzas y en el caso de que se impongan candidaturas desde el ámbito nacional, como al parecer ha sucedido en otros estados.
PRI y PAN son otra historia, desde hace dos sexenios que los liderazgos reales se han impuesto a los formales, a grado tal que estos partidos prefieren que sus candidatos a la gubernatura, cuando toca cambio de gobernador, pierdan y no se constituyan en un liderazgo de facto.
Así tenemos en el PAN a la llamada santísima trinidad, que de una u otra forma impone un férreo control en la designación de candidatos, ellos deciden alcaldías y diputaciones locales, ahí no hay mucho tironeo, solo entre los integrantes de la triada, en la cual cada uno de ellos intenta copar cada vez más espacios.
El PRI, desde hace tiempo viene siendo liderado por el grupo del exgobernador Rodrigo Medina, por intermedio de Adrián de la Garza y Francisco Cienfuegos, quienes han alcanzado un liderazgo que hasta ahora no ha sido cuestionado, más que en casos aislados, como en un par de alcaldías del área metropolitana.
Monterrey será un campo de batalla muy interesante, ya que Mariana Rodríguez, esposa del gobernador, irá por la alcaldía con posibilidades de ganar, pero seguramente enfrentará una recia competencia por parte del candidato de la coalición PRI-PAN.
El otro caso emblemático será Santa Catarina, en donde Movimiento Ciudadano no puede perder, so pena de poner en riesgo el liderazgo del gobernador, ya que ha invertido mucho de su capital político en ese municipio, sobre todo por lo que significará Tesla para Nuevo León.
No falta mucho para poder comentar las designaciones.