Raúl Guajardo Cantú
Si 2023 no fue un buen año en materia de seguridad pública, 2024 pinta para ser peor, hablamos principalmente de los llamados delitos de alto impacto, uno de los cuales se cometió en estos días dentro de un conocido y lujoso hotel de San Pedro, lo que nos habla de lo rebasadas que se encuentran las instituciones de seguridad.
Si bien esos delitos al parecer están asociados a grupos delincuenciales, no dejan de tener efectos en el resto de la sociedad, la cual se siente amenazada no porque tenga algo de lo cual cuidarse, sino porque en cualquier momento pudiera encontrarse en el lugar y a la hora equivocada.
Las autoridades parece que no tienen recursos para enfrentar este tipo de situaciones, este tipo de delitos, sin embargo, tanto quienes se encuentran en el gobierno, como quienes por ahora son oposición los utilizan para hacer campaña.
Unos presumiendo helicópteros, vehículos y armas que sirven solo para lo que en el argot se llama “apantallaje”, pero que en la práctica tienen una utilidad limitada, como ya ha quedado demostrado, mientras que otros acusando a las autoridades de no hacer nada.
En el pasado ya vivimos una situación de este tipo, cuando el gobierno de Rodrigo Medina tuvo que recurrir a un esfuerzo conjunto con los empresarios de la entidad que se cristalizó en Fuerza Civil, policía que en algún momento de esos primeros años fue considerada como una de las mejores del país.
Y ese es precisamente el punto que deseamos resaltar, cómo en la medida en que el trabajo de las autoridades vaya de la mano con las necesidades de la sociedad se puede obtener resultados que se reflejen en mejores condiciones de vida de la comunidad.
Por el contrario, cuando los partidos ven solo por sus propios intereses y a los ciudadanos solo los buscan cuando requieren de sus votos, las cosas simplemente no marchan como debieran.
Estamos, creo, a tiempo para enmendar el camino por el cual solo llegaremos a un estado de cosas peor que el que presenciamos al inicio de la administración medinista, la cual con todos sus defectos, tuvo el valor para aliarse con quien tenía que hacerlo y mejorar las condiciones de vida de los nuevoleoneses.
Esperemos que las actuales autoridades también tengan ese valor y se dediquen, todas, a buscar la forma en que la inseguridad vaya bajando para no tener que llegar al momento en que no podamos salir de nuestras casas por temor a vernos involucrados en hechos delictivos que pongan en riesgo nuestras vidas.