Charlas de taberna
Marcos H. Valerio
Sayd Atreyul Hortúa Medina emprendió su viaje desde Venezuela hacia México con la esperanza de encontrar una vida más digna. Con su mochila sobre los hombros y su violín en mano, dejó su tierra natal atrás.
Después de seis días de caminata para cruzar la frontera entre Venezuela y Colombia, tomó un avión hacia el norte, sin certeza de su destino.
La causa de su migración es el alto índice de desempleo y la falta de servicios básicos en su país, por lo que decidió partir en busca de mejores oportunidades.

Según la Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR), millones de venezolanos han abandonado su país, buscando refugio en diversas naciones de América Latina y el Caribe, debido a crisis migratorias como la que enfrenta Venezuela.
Luciana Gandini, coordinadora del Seminario Universitario de Desplazamiento Interno, Migración, Exilio y Repatriación de la UNAM, señala que el flujo migratorio en América Latina y el Caribe ha alcanzado niveles históricos en la última década, impulsado en gran medida por condiciones forzadas como violencia estructural, institucional o cambios climáticos.


México se ha convertido en un destino importante para muchos migrantes, incluyendo a Sayd, quien llegó como turista en 2018, obtuvo refugio y finalmente su permiso de residencia permanente en 2020. Ahora, persigue su sueño de estudiar en la Facultad de Música de la UNAM.
La integración de los migrantes y la percepción de ellos como una oportunidad de crecimiento, en lugar de un problema, son desafíos clave para garantizar impactos positivos en la sociedad.