Raúl Guajardo Cantú
Hemos insistido en estas páginas electrónicas en que para los ciudadanos no trae nada bueno el nivel de encono que se ha manejado entre el gobierno estatal y los partidos políticos que hoy se encuentran en la oposición pero que manejan el Poder Legislativo y el Judicial.
Lo peor de todo es que ni unos ni otros quieren dejar de lado su beligerancia e intentan por todos los medios acabar con el rival, al precio que sea, incluso si ello implica torcer, aunque sea de ciertos límites, las leyes que nos rigen, contrario a lo que ambas partes juraron al tomar posesión de sus respectivos cargos.
El gobernador Samuel García a toda costa ha querido descarrilar, por poner un ejemplo, la nominación del fiscal, una atribución que corresponde al Poder Legislativo pero que el mandatario estatal desea controlar, pese a que la ley diga otra cosa.
Del mismo modo, ha insistido por muchos medios en socavar la mayoría legislativa que tienen los partidos por él llamados PRIAN, pese a que estos la ganaron en las urnas y por ley les corresponde.
Del otro lado, los diputados intentan, por todos los medios, adquirir funciones de gobierno que deberían ser del Poder Ejecutivo, adquiriendo control sobre organismos que forman parte del ese Poder, pero que de alguna u otra forma son deseables para quienes controlan el Congreso local.
En estas próximas campañas seguramente continuarán los intercambios de golpes entre unos y otros, tal es el caso de los que se han lanzado contra Adrián de la Garza, esperando, como parece que va a suceder, que este deje de aspirar a la candidatura de Monterrey, en tanto que el Poder Judicial ha ligado a proceso a operadores de Movimiento Ciudadano, entre ellos a su dirigente estatal, con la finalidad de que, desde el arraigo domiciliario, no puedan intervenir en las contiendas locales.
La pregunta que como ciudadanos debemos hacernos es ¿en qué nos beneficia todo esto? ¿Realmente los partidos actúan así en la búsqueda de lo mejor para los nuevoleoneses?
Para nuestra desgracia la respuesta es negativa, los partidos actúan en la búsqueda de sus propios intereses, sin importar si los ciudadanos nos vemos beneficiados o no.
Quizá es momento de reflexionar e intentar que, con nuestro voto, reconfiguremos los equilibrios existentes en el estado, a ver si así los partidos voltean de una vez, a vernos y a escucharnos.