Gerson Gómez Salas
Cerrara el sexenio de Andrés Manuel con número rojos. Desde Tijuana hasta el sur en el Usumacinta, la corrupción es endémica.
Cada uno de los grupos criminales ya dividieron cada una de las entidades federativas. Las familias enteras desde Centroamérica y en Venezuela, Colombia y Cuba, buscan con el uso de sus bellezas la trafica de blancas.
Algunas vienen por temporadas. Ahorran en tunearse cada uno de sus atributos. En el guardadito de dólares parar llevar a sus países de origen.
Ya no desean el sueño americano. Si los nacionales embelesados pagan por sus servicios y hasta por sacarlas de los antros. Mientras en Medellín Colombia la ciudad emblema de Pablo Escobar, los índices de prostitución rebasan más de 50 por ciento.
Jóvenes varones y señoritas vírgenes, entre 10 a 12 años, llegan a costar por una vez primera hasta 3 mil dólares.
El basuco, la cocaína y quienes cuidan los barrios, procuran defender cada una de las callejuelas y de los barrios imposibles de transitar sin el salvo conducto.
México ya es el trampolín para la importación de sexoservidoras. Es innecesario viajar hasta la tierra de Biden o Trump.
Aquí el dólar se consigue barato y el paso se puede cambiar. Es una moneda sin problemas cambiarios.
Los otros datos de Andrés, los de desaparecidos, las bajas de elementos del ejército en sus campañas y la permanente inseguridad al caer la calle son las constantes en todas las capitales de los 32 estados federales.
Tan increíble como cierto. El castillo de naipes está por caer.