Gerson Gómez Salas
Dos candidatos naturales para la presidencia de México del 2030. Ambos provienen sus raíces 100 años atrás del norte de país. Si sobreviven estos seis años al desgaste financiero.
Bisnietos del Ciudadano Kane, Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas, podrían competir contra el monstruo filantrópico de MORENA.
El padre de Emilio se autonombraba soldado del PRI. Cualquier consulta informativa la negociaba directamente con el Secretario de Gobernación. Así el noticiero de 24 horas de Zabludosky, el día 3 de octubre, un día después de la matanza de Tlatelolco, comenzó hablando sobre la hermosa mañana soleada.
Ricardo Benjamín Salinas Price aprendió a contramarcha. Rescatando franquicias quebradas como Salinas y Rocha e Imevisión.
Su actitud es beligerante. No le gusta pagar impuestos. Ningunea a los trabajadores del estado a quienes les llama gobiernicolas. Pertenece a la subespecie preferencial de pasear en yate, comprar voluntades en los tribunales y comerse la opinión pública con el rostro de sus presentadores informativos.
Salinas y Azcárraga ya son tiburones blancos con múltiples remoras a sus costados. Solo los rebasa en fortuna, poder y facilidad de acción Carlos Slim, a quien ya la edad más no la falta de lucides, en cualquier plataforma electoral resultaría ganador, incluyendo en MORENA. Impulsar la carrera política de Carlos Slim Domit, su hijo mayor tampoco sería descabellado.
Azcárraga requiere de concentración para la nueva época de las comunicaciones. Ricardo Salinas seguir cobrando los precios y comisiones de sus tiendas Elektra, el servicio de internet, los prestamos de banco Azteca y el uso comercial de las concesiones televisivas.
Mientras tanto, disfrutemos hoy del viernes futbolero. Las cartas de presentación del gabinete de Claudia Sheinbaum casi están descubiertas. Por cierto, nadie habla de su ex esposo y padre de sus hijos, Carlos Imaz Gispert, ex jefe delegacional de Tlalpan.