dom. Ene 5th, 2025


Raúl Guajardo Cantú
Dentro de los aspectos de la política local de Nuevo León que hemos comentado en nuestras colaboraciones, consideramos que hay un aspecto que puede generar una turbulencia por demás incómoda para los ciudadanos: las pugnas que seguramente se presentarán entre el Congreso Local y el gobernador Samuel García.
Nos referimos a las pugnas inmediatas, las que se presentarán antes de que tomen posesión los nuevos diputados, ya que si ahora los diputados de oposición no alcanzan la mayoría calificada, aunque poco les falta, dentro de unos pocos días menos les será posible lograrla.
Salvo que procedan impugnaciones, el bloque opositor tendrá 21 diputados, por 10 de Movimiento Ciudadano y 9 de Morena, lo que hará que los integrantes de este partido tengan un peso específico en la toma de decisiones legislativas, así como los diputados de la chiquillada que lograron entrar al Congreso local, de ahí que Samuel esté buscando acercamientos no solo con Morena como partido, sino con la futura presidenta del país y mantener su buena relación con AMLO.
No sería sorpresivo que el juicio político pendiente contra el gobernador del estado se pueda acelerar, ya sea para realmente llevarlo hasta sus últimas consecuencias o para presionar a SG e intentar que negocie algunos otros temas. Aunque dada la postura “echada para adelante” que ha asumido el gobernador, eso se ve difícil.
La mayor parte de los problemas actualmente existentes se han derivado de cuestiones presupuestales, ya que, por una parte, los presupuestos de 2023 y 2024 no fueron presentados por el gobernador ante el Congreso, debido a que desde el primer ejercicio presupuestal se incumplieron determinados compromisos con alcaldes emanados de los partidos que conforman el llamado PRIAN.
Por otro lado, se comenta que el gobernador también incumplió los acuerdos para nombrar al Fiscal General del Estado, así como otros funcionarios de organismos autónomos, como las fiscalías anticorrupción y electoral, nombramientos que acaban de ser realizados por el grupo opositor pese a la ausencia en el pleno de los diputados de Movimiento Ciudadano.
Así que en las actuales condiciones, no sería difícil que nos encontrásemos al borde de un periodo de inestabilidad política ante la posibilidad de que los actuales diputados intenten alguna maniobra para, por lo menos, obligar al gobernador a sentarse a la mesa de las negociaciones.
Todo esto antes de que se aleje de forma definitiva la mayoría que hoy los partidos opositores al gobernador arañan por muy poco.
La pregunta que como ciudadanos deberemos hacernos es ¿en qué medida todo ello puede ser benéfico o no para nosotros? Los pleitos partidistas deben quedar por debajo de la atención de las necesidades de los ciudadanos.
Por ello debemos aprender a organizarnos y presionar para que se cumpla con las obligaciones que los funcionarios de elección popular tienen con nosotros, que las turbulencias que ellos generan no se transformen en malos servicios públicos.
Esperemos que nuestro entorno inmediato no vaya por ese camino.

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