Raúl Guajardo Cantú
Ante los rumores de una posible anulación de las elecciones en Monterrey, habría que analizar el por qué de tanta insistencia en llegar a ese desenlace ante una elección en la cual la diferencia es de 7 puntos porcentuales, unos 40 mil votos, sobre todo cuando esta se presenta en favor no de quien tiene el poder, sino del retador.
Desde nuestra perspectiva, el problema tiene que ver con el futuro electoral del estado, ya que si Samuel, que no Mariana quien ya había dado por perdida la elección y aceptado que los resultados no le favorecían mientras se pintaba las pestañas, logra dejar en el camino a Adrián de la Garza, el llamado PRIAN perderá a quien seguramente sería una de sus principales cartas para pelear la gubernatura dentro de tres años.
Samuel, fiel a su costumbre, está doblando la apuesta y luego de perder la capital del estado y buena parte del Congreso local, ahora intenta llegar a su objetivo por otros medios, en este caso, por la vía legal y no necesariamente utilizando para ello recursos que tengan que ver con la realidad que se percibió en las urnas.
Adrián, mientras tanto, parece que ya entendió que se juega todo su futuro, en esta decisión del Tribunal Estatal Electoral, ya que seguramente fue a iniciativa de él que cuatro ex contendientes a la alcaldía salieron a señalar que ellos vieron una elección legal que resultó con el triunfo de AdelaGS.
En un contexto en el cual en el plano nacional se está terminando, o por lo menos poniendo en pausa, la alianza PRI-PAN, misma que en Nuevo León sí dio frutos, una decisión en contra de los resultados electorales podría en crisis a los partidos locales, que de alguna u otra forma habían llegado a acuerdos satisfactorios para ellos y que, además, funcionó en el plano electoral.
Así es que hay que estar atentos a lo que suceda, así como en los detalles de la resolución del TEE, ya que, como dicen, el diablo está en los detalles. Dependiendo de las causales que se determinen en caso de la anulación, estas podrían inhabilitar a Adrián para volver a contender por Monterrey y quizá hasta inhabilitarlo para hacerlo en 2027 por la gubernatura del estado, lo que haría que los partidos PRI-PAN se tengan que abocar a construir una candidatura individual en estos tres años, algo que se ve difícil.
Ahora bien, supongamos, sin conceder, que el TEE se anime a invalidar las elecciones y llame a una nueva contienda, ¿la ciudadanía estaría dispuesta a votar en favor de una candidata como Mariana Rodríguez, quien ya nos mostró lo poco que aprecia el puesto?
Esperemos hasta ver lo que sucede, pero teniendo en cuenta lo mucho que se juega en esa resolución responsabilidad del TEE.