sáb. Dic 14th, 2024

Luz María Ortiz Quintos

Hablar de discapacidad, es abordar un tema muy amplio que hace referencia a varios aspectos en torno a este término. La discapacidad se refiere a las limitaciones o dificultades que tiene una persona para realizar tareas o acciones de la vida cotidiana y vitales debido a una condición física o mental. En México como país, se reconocen tres tipos de discapacidades: la sensorial y de la comunicación (discapacidad para ver, oír y hablar), motriz (problemas para caminar, manipular objetos y de coordinación para realizar actividades) y mental (personas que tienen dificultades para aprender y relacionarse con otras personas). De acuerdo con un comunicado de la Secretaría de Salud la discapacidad motriz es la más frecuente en el País. En el año del 2017, este mismo comunicado refiere que alrededor de 6% de la población vive con alguna discapacidad; porcentaje que representa más de 5 millones de personas. Especialistas del Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad, dan a conocer que la prevalencia en varones es de 3.3 millones y en mujeres es de 3.8 millones. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en México hay 6,179,890 personas con algún tipo de discapacidad, lo que representa 4.9% de la población total del país. En dicho censo se encontró que 53% son mujeres y 47% hombres. En nuestro país, el Estado, por ley, debe promover, proteger y asegurar el pleno ejercicio de los Derechos Humanos y libertades de las personas con discapacidad, asegurando su plena inclusión a la sociedad en un marco de respeto, igualdad y oportunidades. Esta es la inclusión, la real y necesaria en la que aún falta mucho por hacer. Encontramos a muchos padres de familia, que no les es nada sencillo encontrar escuelas tanto públicas, como particulares que admitan a sus hijos con algún tipo de discapacidad. En algunos casos se debe porque las instalaciones de las escuelas no están acondicionadas para recibirlos. Otros casos no cuentan con maestros especializados, y resulta que las escuelas de inclusión son pocas y con poca capacidad para matricular personas con discapacidades. Y si son particulares salen del presupuesto de las familias. Las personas con discapacidad en situación económica baja, son las más afectadas, los padres al ser familias de bajos recursos, no intentan llevar a sus hijos a la escuela. Este tema sigue rezagado en todo el país y por lo tanto en nuestro Estado. Como sociedad hemos descuidado a este sector de la población, que más nos necesita.

Por Admin

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