Elimelec se llevó a su familia lejos del hambre a una tierra desconocida y hostil.

En ese lugar murió, y tiempo después, sus hijos también, dejando a su esposa y nueras, en el desamparo total en un tiempo donde las viudas quedaban en la indigencia si no tenía un varón que las rescatara.

A veces vamos por caminos equivocados que nos conducen, paso a paso, hacia la muerte, pero la calamidad no termina con la muerte de una sola persona, sino con la destrucción de toda una familia dejándola desamparada y sin descendencia en la tierra.

El nombre de Elimelec y sus hijos quedaron borrados de la tierra y recordados sólo como el resultado de una trágica decisión.

Pidamos al Señor que nos muestre el camino que debemos andar, y todo aquello que no vemos para poder regresar a vivir bajo su protección y voluntad.

Dios siempre le da una oportunidad a aquel que se la pide, si tú reconoces que vas por la vida sin saber realmente a dónde vas (o si ya te diste cuenta que estás en el camino equivocado), toma un momento y desde el fondo de tu corazón dile a Dios que te ayude a regresar a sus brazos. Ahí encontrarás seguridad, paz, esperanza y un futuro glorioso para ti y para toda tu casa.

Pues si cada uno reconoce con su propia boca que Jesús es el Señor, y si cree de corazón que Dios lo resucitó, entonces será libre de las consecuencias de sus malos caminos y será salvo. Romanos 10:9

Regresa a Dios para salir del camino de muerte.

 ¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.

Rut 1:5 Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido.

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