Verónica Valencia
¿Recuerdan el icónico comercial de Telmex de 2003, que promovía paquetes de larga distancia e invitaba a las personas a conectarse con sus seres queridos en diferentes ciudades del país.? “Háblele”, “y dígale que está haciendo mucho calor” insistía el protagonista del comercial.
En esa época la telefonía celular no estaba tan masificada, de hecho era muy común que los miembros de una familia se pelearán por contestar el teléfono fijo pensado que la llamada era para ellos. “¡Yo contesto! ¡Es para mí!”, se escuchaba a menudo, como si intuyeran que la llamada era para ellos (antes tampoco era común el identificador de llamadas).
Por su parte, en las empresas invitaban a sus empleados a no hacer llamadas personales, y menos de larga distancia. En aquella época hacer llamadas era todo un lujo y el teléfono era indispensable para mantener conexiones significativas, coordinar actividades y resolver problemas de manera eficiente, después llegaron, el fax y el correo electrónico.
Hoy las llamadas han sido reemplazadas por la comodidad de los mensajes de texto y audio en WhatsApp. La mayoría de las personas evitan contestar números desconocidos, y no es sorpresa: estudios revelan que las llamadas pueden generar ansiedad en las nuevas generaciones.
Según un estudio realizado en Estados Unidos a 1,200 millennials norteamericanos, el 81% sufren ansiedad antes de realizar una llamada por teléfono, incluso pueden sentirse atacados al recibir una llamada que no tenían prevista porque la situación se vuelve incómoda.
En la oficina publicamos una encuesta en Linkedin para saber cómo preferían las personas que se les contactara para una entrevista de trabajo, para sorpresa nuestra el 80% por ciento de las personas que buscan empleo, prefieren ser contactadas por WhatsApp o correo electrónico y sólo un 5% por teléfono.
Pero, ¿por qué ya no quieren contestar el teléfono?, de acuerdo con los expertos las razones van desde el telemarketing, las encuestas de políticos, las extorsiones y últimamente la clonación de voz través del IA. De acuerdo con el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, el robo de identidad con uso de IA incrementó 218% en el último año.
Quizás por eso los mensajes de voz han surgido como un híbrido entre lo antiguo y lo nuevo, pues permiten la comunicación más personal sin la presión de una llamada o la angustia de ¿estarán clonando mi voz? o, ¿es una llamada de extorción?.
Personalmente prefiero las llamadas, creo que el teléfono es el medio ideal para obtener una respuesta inmediata, además puedes escuchar las palabras, el tono de voz, las pausas y hasta el ruido ambiental; mientras que los mensajes de audio y texto puedes reescribirlos o regrabarlos, las veces que quieras antes de enviarlo. Además algo tan sencillo como saber dónde vámos a comer se convierte en un laberinto de textos y audios.
Sin duda la forma en que nos comunicamos sigue transformándose. Hace algunos años, personas desconocidas se enamoraban con solo escuchar la voz al otro lado de la línea. De hecho hay una canción que narra esa historia: “El teléfono es muy frío, tus llamadas son muy pocas. Yo sí quiero conocerte, y tú no a mí”, así dice la letra de la canción Santa Lucía interpretada por Miguel Ríos.
Así que si no te arriesgas a contestar esa llamada, nunca sabrás si era la oferta de trabajo que estabas esperando o, quizás, el amor de tu vida. A veces, las mejores oportunidades se esconden detrás de un número desconocido.
¿Quién sabe? Tal vez la próxima vez que suene el teléfono, alguien decida responder.
Todos los comentarios son bienvenidos a veronica@vaes.com.mx
Nos leemos, la próxima vez. Hasta entonces.
*VERÓNICA VALENCIA GÓMEZ es divulgadora y consultora de comunicación y mercadotecnia en Vaes Comunicación. Es periodista especializada en Tecnologías de la Información, cuenta con una maestría en marketing digital y certificación como instructora capacitadora on line y offline