Luz María Ortiz Quintos
El 25 de noviembre se conmemora el día Internacional de la eliminación de la violencia en contra de la Mujer. De acuerdo a la Organización de la Naciones Unidas, cada diez minutos una mujer es asesinada.
“La Violencia contra las Mujeres y las Niñas sigue siendo una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas y generalizadas del mundo. Se calcula que, a nivel global, casi una de cada tres mujeres han sido víctimas de violencia física y/o sexual al menos una vez en su vida.”
“En 2023, alrededor de 51.100 mujeres y niñas de todo el mundo murieron a manos de sus parejas u otros miembros de su familia. Es decir, se asesinó a una mujer cada 10 minutos.”
La violencia se da en todos los ámbitos de convivencia, como lo son; el hogar, el lugar de trabajo, espacios en línea. Los casos de violencia se incrementan en climas cálidos, así como por situaciones de estrés, consumo de drogas y/o alcohol por parte de los agresores, entre otros.
A pesar de los esfuerzos de instituciones internacionales, organismos públicos y privados, no han dado resultado.
En la actualidad existen programas sociales y de los tres niveles de gobierno, desarticulados, que son insuficientes ante esta problemática social.
Se requiere erradicar la impunidad e implementar planes y estrategias de prevención y educación transversales, así como educar a las nuevas generaciones, y re educar a las generaciones actuales.
En la mayoría de las situaciones la violencia contra mujeres y niñas sigue siendo silenciada por un sistema que facilita la impunidad de los agresores, la estigmatización y la vergüenza de las víctimas. Según la declaración de la Organización de las Naciones Unidas de 1993,” la violencia contra la mujer abarca actos que causan daño físico, sexual o psicológico, así como amenazas, coacción o privación de la libertad, tanto en la vida pública como en la vida privada.”La violencia afecta la salud física, sexual y psicológica de las mujeres en todas las etapas de su vida, mermando su rendimiento en su educación, empleo y oportunidades.
Algunos grupos de mujeres y niñas, como por ejemplo: los que se encuentran en situación de vulnerabilidad o crisis humanitarias, migrantes, indígenas o con discapacidades, enfrentan mayor riesgo. La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para la equidad, el desarrollo y la paz. La violencia no debe tener género, la violencia no debería de existir.