De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El momento fue propicio y Adán Augusto López trato de mostrar su destreza de lo aprendido en el pasado, cuando tomó unas clases de boxeo como medida de defensa personal.
Sacar la tensión vivida en los meses recientes era precisó y consideró que si era necesario estaba listo para fajarse con quien fuera.
Nadie se imagina todo lo acumulado en apenas tres meses de ejercer su función de gozne y sin poder compartirlo. De ahí su reacción.
El coordinador de los senadores de MORENA vive momentos difíciles y su estilo hermético de hacer política le hace difícil sobrellevar los mandarriazos que le envían sus adversarios y detractores.
Adán aguanta estoico, firme, altanero, arrogante, altivo, desdeñoso, como es su personalidad, pero los obuses se repiten con demasiada frecuencia.
Soporta todas las versiones acuñadas de aquí para allá y de allá para acá en las que lo relacionan y aunque no las responde, si hacen crecer su adrenalina.
El desempeño de su función ha sido acertado por parte de quienes forman el cielo del segundo piso de la cuarta transformación.
No importa la forma en que haya ocurrido, ni el costo que conlleva, pero se cumplió con el principal propósito. Hoy, gracias a su buen desempeño, el Senado de la República cumple en tiempo y forma con la aprobación de todas las reformas constitucionales que han sido enviadas al Poder Legislativo.
Como buen soldado, disciplinado, aplicado, responsable y diligente, cumple con la encomienda encargada.
Y aunque no se engancha en dimes y diretes, en la mente del tabasqueño bulle todo el chismorreo que corre por los pasillos del poder y que llega a preocupar sobre su futuro.
Los dichos del gobernador de Tabasco, Javier May Rodríguez, involucrándolo en relaciones peligrosas y cuestionando la herencia que dejó él y su eterno acompañante Carlos M. Merino en su tránsito por el gobierno de Tabasco.
También las menciones que se hacen sobre su futuro inmediato, una vez aprobadas todas las reformas constitucionales y el destino que se tiene previsto para su persona.
Los chismorreos y cuchicheos que nutren la picaresca política sobre su cerrado círculo de preferencia entre los 127 senadores.
Nadie dentro de su ámbito cuestiona la forma y el costo político y económico que pudo tener la anexión de cuatro senadores de la oposición a su corral, sin importar es claro el disgusto causado entre los llamados puros del obradorismo por tener que convivir con esos espurios.
Todo ese estrés acumulado fue el que intentó sacar el coordinador de los senadores en una sesión no tan candente, pero aprovechando el espacio dejado por un senador que, posiblemente, sea el candidato de la oposición al gobierno de Chihuahua, una tierra adoptada por el tabasqueño casi como propia.
El apacible y cuidadoso Adán perdió los estribos y trató de aprovechar el espacio para sacar la furia que lleva acumulada desde hace tiempo y que, aunque no lo denote, le causa insomnio.
Lo hizo de la forma en que sacó el estrés hace varios años, en su tiempo de diputado, cuando aventó billetes de juguete al entonces secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón.
Con la acción de la semana pasada (te voy a dar en tu madre), Adán Augusto dejó en claro que su forma de sacar el estrés es violentando al adversario. Faltaba más, dicen sus seguidores, para eso somos mayoría.
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Finalmente, los chiapanecos vieron el fin del sexenio de Rutilio Cruz Escandón, un gobernador que con todo y el desastre que deja en la entidad en que la mostró su incapacidad, será premiado con una posición en el gobierno federal, según anunció la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
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