mar. Ene 14th, 2025

La herencia judía que tenemos en el noreste de México nos hace sentir cómodos entre montañas.

Siempre que veo el cerro de La Silla me asombra pensar en Moisés subiendo a la montaña para hablar con Dios, cuánto tardó y cuánto le costó.

La vista y el eco hacen de la montaña algo especial, en ella puedes escuchar la voz de Dios, pero subirla es otra historia: actitud, perseverancia, disciplina, tolerancia, resilencia , entre otros, es lo que necesitas para llegar a ver lo que hay en la cima.

Subir la montaña requiere estrategias en senderismo, escalada en roca y montañismo para las alturas, es importante acudir en grupo, y aunque estarás acompañado, el ascenso será en una línea. Deberás avanzar siguiendo las instrucciones del guía, mirar con atención hacia adelante y advertir al de atrás por dónde debe pisar, sin detenerte.

Lo mismo sucede en la iglesia; aunque vamos en grupo, el camino lo va marcando el de adelante y tú lo vas confirmando al de atrás, si tú te detienes, el de atrás no podrá avanzar.

Tal vez caigas en el camino y te lastimes, pero debes saber discernir si el daño debe detener al grupo o puedes seguir avanzando, para llegar a la meta: Dios.

La iglesia somos ese grupo que avanza en línea, bajo la instrucción de un guía y que con tus pisadas, hace camino para los demás.

Persevera, para mantenernos unidos y avanzando ¡te necesitamos!

¿No sabes cómo? El Espíritu Santo es el guía, pregúntaselo.

¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.

Hechos 2.

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Por Admin

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