Raúl Guajardo Cantú
Según la diputada Ivonne Álvarez, no ha habido algún acercamiento por parte del gobierno del estado para volver a la mesa de negociaciones con la finalidad de sacar adelante el presupuesto de 2025.
Es una información muy interesante, ya que el gobierno estatal había señalado la necesidad de contar con un presupuesto para este año de 152 mil millones de pesos, al menos eso solicitó en su propuesta inicial.
Son 12 mil millones de pesos de diferencia que podrían ser utilizados en proyectos que ya se encuentran en marcha, como el Metro o el programa de Movilidad que permita sumar más camiones al servicio, o que genere un programa de bacheo y recarpeteo para mejorar el estado de las calles que es pésimo hoy, pero por lo que se ve, son 12 mil millones de pesos que no se traducirán en obras o servicios para el ciudadano.
Por supuesto que además de ofrecer la información, la diputada Álvarez se dio tiempo para dar un raspón al gobernador Samuel García, ya que dijo que los diputados del grupo conformado por el PRI y el PAN siempre estuvieron en buena disposición para llegar a un acuerdo, en tanto que el gobierno estatal no puso nada de su parte para que ello sucediera.
Lo más seguro es que a esta declaración le siga una serie de ellas que nos recordarán durante lo que resta del año quién es el culpable de que Nuevo León y sus habitantes carezcan de algunos servicios o de que no se realicen algunas obras.
Por supuesto que eso no nos interesa a los ciudadanos, a nosotros lo que realmente nos importa es que los problemas se resuelvan y ahí, como dice el dicho, se requieren dos para que haya pelea y en este caso uno es el Congreso y el otro el gobierno del estado.
Porque aunque correcta la observación de la diputada Ivonne Álvarez, es parcial, ya que no nos dice por ejemplo que parte del atorón en las negociaciones del presupuesto se debe a la forma en que los diputados de su grupo desean repartir el dinero.
Es cierto, eso sí, que Samuel no pone nada de su parte y se comporta como si fuera dueño del estado y no su gobernante.
El caso es que al final de cuentas los nuevoleoneses parece que nos vamos a quedar “nomás mirando” como decía la vieja frase, ya que aunque se pusieran de acuerdo para sacar un presupuesto, lo más seguro es que, como ya sucedió durante el primer año de gobierno de Samuel García, al final no se cumpliera con el reparto de este.
Como lo comentamos en días pasados, en caso de que continuemos por este rumbo, lo más probable es que el enojo y la rabia lleven a los nuevoleoneses a votar con el hígado y no con el cerebro, nada bueno para Nuevo León. Falta poco para que veamos en qué queda lo que hasta ahora es un show llamado presupuesto.