Hace rato meditaba en el Señor y veía esta escena:

Una habitación a oscuras llena de personas.

Una mujer dando instrucciones para salir.

Esta mujer siendo agredida en la oscuridad.

Las personas queriendo ayudarla.

Las personas tratando de ayudar, pero golpeándose unos a otras en el intento.

Ahora -escuchaba en mi mente- ¿qué pasaría si se encendiera una luz, aunque fuera pequeñita?

-Esa luz sería visible para todos y podríamos ser dirigidos hacia la salida- pensé.

Dios siempre está buscando la manera de ayudarnos, y nos habla de muchas maneras.

Por mas bien intencionados que queramos ser en medio de la oscuridad, nuestra incapacidad puede llevarnos al desastre, ya que, aún intentando ayudar a otros, es muy probable que comencemos a topar, golpear y lastimar a muchos en el intento.

Por más aislados que nos consideremos, vivimos en sociedad, esta multitud en medio de una habitación en la que todos convivimos.

Si no tenemos la luz de Jesús que nos guíe, esto se vuelve un problema.

Si tú conoces a Jesús y vive en ti, eres Su lámpara y Su luz va a guiar a otras personas hacia la plenitud de Dios.

No se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. 

Tú eres sal de la tierra y luz en el mundo.

Pero ustedes son una familia escogida, un sacerdocio al servicio del rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios. Y esto es así para que anuncien las obras maravillosas de Dios, el cual los llamó a salir de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa. 

Enciende la luz de Cristo en esta oscuridad para que muchos puedan vivir.

¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.

Mateo 5:15 | 1 Pedro 2:9Email mujervirtuosa@instruccionespersonales.com
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