Cosas del Tony
Por: Antonio Sánchez R.
Dice un viejo refrán que “mal empieza la semana para el que ahorcan en lunes”. Y al parecer, dicho refrán se ajusta a la perfección a nuestro FosfoGober, “Inocencio” García Sepúlveda, quien además de haber cerrado de pésima forma el 2024, este nuevo año lo inició con el pie izquierdo, con todo en contra y si alguien pensaba que algo podría “rescatarse” de la relación con el congreso, les podemos adelantar que nomás no habrá “de piña”.
Más bien, las piñas llegarán por otros rumbos, puesto que cada vez son más los gritos de la ciudadanía nuevoleonesa, con quejas en todos los sentidos, sobre todo en el asunto de transporte urbano, que ha sido el problema que más le ha acarreado “dolores de cabeza” al ejecutivo estatal, por haber autorizado un incremento a las tarifas camioneras.
Pero la bronca del transporte no sólo radica en el aumento inmediato y ese que vendrá tipo “deslizamiento”, no. Lo peor de todo es que la gente que “decide” el qué y el cómo, sin tener conocimiento pleno de lo que padecen los usuarios, han decidido que en un plazo determinado, los pagos se harán de manera digital, con tarjetas o mediante la aplicación de Urbani, cortando de tajo el pago en efectivo y la tarjeta “Feria”.
Deberían saber que no toda la gente le sabe a eso de las aplicaciones o las tarjetas, ¿eh?, además de que los usuarios no acostumbrados a ello que además no saben qué rutas aceptan efectivo y cuáles no, en ocasiones se quedan sin transporte, sólo porque la carcacha que iban a tomar, sólo aceptan tarjeta o la aplicación.
La desesperación va en aumento, se aprecia en los usuarios una muy natural molestia por algo que, además de lesionar de manera dramática su economía, que perfora sus bolsillos, también les afecta en sus tiempos, ya que las esperas para abordar una unidad que les lleve a sus trabajos o de regreso a sus hogares, son muy prolongadas y hay quienes dicen pasarse más tiempo en desplazarse que lo que están en sus hogares.
Pero este padecimiento, al parecer cuento de nunca acabar, tiene su origen en la terquedad de un gobernante que no ha tenido el tacto suficiente ni la sensibilidad necesaria para entender a sus “gobernados”. Para “Inocencio” todo es color de rosa, no hay broncas, pero nada más es cuestión de salir a la calle para darse cuenta de que las “mentadas” hacia él están al por mayor y pues aquí sí que cabe aquello de que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.
A la dramática crisis del transporte, agréguele usted el clima de inseguridad que se vive en casi todo el estado, sobre todo en los municipios del área metropolitana y algunos adyacentes, en los que no puedes salir a la calle sin el riesgo de que te pueda alcanzar una “bala perdida” surgida del arma de criminales que hasta a plena luz del día se enfrentan, por disputas entre ellos, llevándose de encuentro a quien ose atravesarse.
Hace unos días, a plena luz del día, un ciudadano fue asaltado a la salida de un banco, despojándolo de 200 mil pesos que recién había retirado. En estos casos, no cabe la menor duda de que a quienes se debería investigar, de inicio, es a los empleados que intervinieron en la operación de retiro, pues podrían ser los que les dan el “pitazo” a los ladrones.
Los asaltos están por todos lados. Vaya, hasta instituciones oficiales, como Agua y Drenaje, implementan “mecanismos” para hincarle el diente a los ciudadanos, al pobre “pueblo sabio” que no tiene otro remedio más que apechugar y pensar que “no hay mal que dure más de seis años”, ¿verdad?