Pasó por la mente de San Juan en Patmos. Llevado por la inspiración divina. Tres personajes claves para el proceso del Apocalipsis de la Humanidad.
El Anticristo, la Bestia y el Falso Profeta. Figuras enigmáticas. Tan difíciles de distinguir en un siglo lleno de influencers, famosos y controversiales. Comunicación global de lo efímero. Extraviados de la fe, las jóvenes facturan sus apariciones en aplicaciones y páginas de contenido erótico.
Toma de poder. Donald Trump podría parecer el anticristo del sistema estadunidense. Apoyado por el falso profeta, Elon Musk. Ya prometió llevar a Marte la bandera de las barras y estrellas.
San Juan habrá visto a Trump, Musk y algún cómplice más en su estado de éxtasis, tocado por la demencia senil o por genuina inspiración.
Quienes se oponen al big shark comenzaron a ser deportados a sus países de origen. Trudeau y Sheinbaum resultan socios de facto contra el neopopulismo de derecha facinerosa.
Jamás en la historia del mundo ni los templos o las escuelas fueron intocables. Caen por igual bajo la espada justiciera. Suspender los derechos de nacimiento a la ciudadanía ya existe. Toda la comunidad europea les niega a los extranjeros, legales o ilegales, la oportunidad de acceder a un recién nacido como paisano del viejo mundo.
Ni pasaporte ni reconocimiento.
Trump desafía a la Constitución. Su palabra va por encima de cualquier papel viejo y retrogrado.
Elon Musk cuenta con tres pasaportes y ciudadanías, la original en Sudáfrica, la segunda en Canadá y la tercera en los Estados Unidos de América.
Los magnates, falsos profetas, no conocen fronteras.
Aquí viene el comando tribulación desde el sur de México. Organizados, el ejercito de caminantes, dispuestos a todo, por conseguir respuesta a la plegaria de vida.