mié. Feb 5th, 2025

Por Manuel CARMONA

Quienes sostienen que Donald Trump solo es un político estridente que se ha fijado una amplia serie de objetivos que podrían dispersarse en las semanas que vienen y que muy probablemente no podrá cumplirlos, no están leyendo bien el escenario social, económico y político que originó su regreso a la Presidencia de los Estados Unidos de América el 20 de enero de este 2025, que le permitirá un ejercicio del poder casi absoluto, como ocurre aquí en México tras el triunfo de la Presidenta Claudia Sheimbaun.

Analizar este paralelismo nos podrá decir  mucho, acerca de todas las posibilidades que tiene el magnate de cumplir con la agenda de gobierno que se ha propuesto para este su segundo periodo en la Presidencia de los Estados Unidos.

El único margen de error existente está en los números y porcentajes. Quizá no sea capaz de cumplir con el porcentaje de deportaciones masivas de ilegales calculadas. Quizá no podrá “sellar” la frontera sur con México como lo pretende, pues la migración es un fenómeno mundial desde tiempos bíblicos  y en la historia de la humanidad no ha habido ejércitos que hayan podido impedirla totalmente, pero de que reducirá sensiblemente los cruces ilegales: lo hará.

Tal vez, lo han dicho los especialistas no pueda incrementar los aranceles a todos los productos que México exporte a los Estados Unidos por el impacto que también tendría en la economía de las empresas estadounidenses, pero lo hará en muchos casos y por lo tanto habrá una afectación real a la economía de México y tal vez no se dé una invasión militar abierta y descaradamente, pero de que habrá una intervención norteamericana en territorio mexicano para perseguir a los carteles de la droga, eso no hay duda, ocurrirá, nos guste o  no.

Quienes dudan de que pueda llevar a la práctica sus intenciones, no han considerado que hoy las circunstancias son muy diferentes a las que tuvo la primera vez que ganó las elecciones del 2016, cuando perdió el voto popular pero ganó la Presidencia en el Colegio Electoral.

En la elección presidencial del 2024 Donald Trump incrementó su techo de votación en 14 millones de votos más que en el 2016 y esta vez es Presidente por voto popular, el Partido Republicano tiene mayoría en las dos cámaras del Congreso y es visto con simpatía en la mayor parte de las Cortes.

Aunado a lo anterior hay un notorio agotamiento del Partido Demócrata, cuyas bases tradicionales por distintos factores han venido iniciando una migración hacia el Partido Republicano, entre otras razones a merced de los múltiples errores en los que incurrió la administración de Joe Biden, por lo que al igual que en México las predicciones en Estados Unidos es que ante el agotamiento de la oposición será muy difícil  que en el corto plazo puedan recuperar el poder, de tal manera que aún cuando Donald Trump no le alcanzara su periodo de cuatro años para cumplir con su ambiciosa agenda de gobierno que se ha propuesto en diferentes direcciones en el resto del mundo, su grupo cercano de derecha radical será quien le de seguimiento a sus políticas expansionistas que se ha trazado y que tanto respaldo y legitimidad han conquistado entre la mayoría de los estadounidenses.

En resumen, Donald Trump, esta vez tiene todas las condiciones para IMPONER las decisiones gubernamentales que anunció a lo largo de su campaña y que ya ha confirmado como Presidente en funciones. Todos los factores de poder se han venido alineando para que el magnate pueda hacer realidad sus deseos, sin importar su viabilidad o eficacia, ya no estamos en presencia de amagos y bravatas, sino de una realidad inminente.

Por lo tanto ha llegado la hora de hacer análisis serios y responsables, de guardar los discursos y las posturas de propagandismo nacionalista que no nos van a servir en lo más mínimo frente aún gobierno también populista y autoritario, pero de derecha. Las peleas se dan entre iguales y nuestro país no está en condiciones de enfrentarse al imperio estadounidense, lo mejor será sentarse a negociar y buscar los mejores acuerdos posibles. Flojitos y cooperando.

Habrá un realineación de poderes en el mundo. No tiene ningún sentido oponerse a los designios de un gobierno que no ha tenido empacho en reiterar desde las primeras horas del inicio de su periodo, que no le importa en lo más mínimo atropellar y faltarle el respeto a los derechos y valores mantenidos por la mayoría de los miembros de la comunidad internacional. Nuestras únicas armas son la negociación utilizando los servicios de la diplomacia mexicana, los tiempos que vienen son de turbulencia, inestabilidad e incertidumbre en el orbe. El futuro es inquietante.

* El autor es abogado, escritor y analista político.

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