Por Manuel CARMONA
En los regímenes monárquicos la definición del sucesor es un asunto fácilmente predecible, porque incluso se encuentra contemplado a veces en la tradición histórica o en las leyes internas del país del que se trate.
El asunto se complica y se ha llegado a convertir en un momento dado en un factor de desestabilización para un país, en los regímenes republicanos como el nuestro, donde la definición del sucesor depende de una serie de variables de tipo político, social, económico, así como la influencia inevitable de los grupos de presión interna (el equipo) y externa (los opositores) hacia el grupo gobernante.
En el viejo régimen priísta que duró poco más de 70 años, aunque en teoría vivíamos bajo un régimen republicano, en la práctica la sucesión se conducía bajo la lógica de un modelo monárquico, convirtiéndose al final de todo en un extraño mix, porque si bien es cierto el elegido tenía que ser legitimado por medio de un proceso electoral, la realidad es que el candidato que postularía el partido y que por ende se convertía en el próximo Presidente, Gobernador, etc., SALÍA ÚNICAMENTE DE LA MENTE DEL LLAMADO GRAN ELECTOR.
Este método cerrado, permitía a la clase política, a la prensa, a los empresarios, líderes sindicales, religiosos y a la propia sociedad tener una idea de quien podría ser el favorecido en la decisión, en base a la observación de los guiños y señales que mandaba el gran elector. Además había fechas y plazos marcados para la definición del sucesor que en AUTOMATICO se convertiría en el próximo gobernante y cuando llegaba el momento de hacerlo público (el destape) era más o menos predecible a lo que se tenía previsto.
Pero el agotamiento de la hegemonía priísta y la sustitución real por un esquema de competencia democrática cambió total y diametralmente por completo las reglas del juego, pues aunque la decisión de “proponer” a quien podría dar continuidad a los proyectos políticos del grupo gobernante, sigue siendo potestad del Presidente y Gobernador en turno, el resultado ya no está garantizado y la seguridad de antaño fue sustituída por una gran INCERTIDUMBRE. Es decir, subiste la figura del gran elector, lo que ya no se sabe si también se convertirá en el gran ganador, lo que significa que en esta modalidad ya no se tiene control sobre el resultado final.
Existe otro cambio radical: los tiempos. En el viejo régimen el Gran Elector al margen del calendario electoral, activaba o detenía el reloj político y decidía CUANDO dar el banderazo de salida a quienes se creían con derecho. En el actual régimen de competencia, sin bien es cierto hay plazos específicos de naturaleza procesal electoral, en la práctica ya se le hace muy poco caso. Quienes tienen pretensiones políticas comienzan a trabajarlas a veces con años de anticipación para poder construir un posicionamiento que les permita generar las condiciones y posibilidades para competir en el futuro.
Lo que es de vital importancia dejar muy en claro es que el proceso sucesorio lleva su propio ritmo al margen de la voluntad del Presidente y/o Gobernador en turno. La disputa por el poder a veces puede comenzar de manera paralela al inicio del periodo formal de gobierno, aunque en ocasiones desde el momento mismo de la victoria electoral del grupo político que ganó la elección, ya se está visualizando la continuidad del proyecto y quién o quiénes podrían encabezarlo.
Bajo las consideraciones anteriores es como debe leerse el duro golpeteo que en días pasados se desató en contra del coordinador del gabinete del Gobierno Estatal José Luis García Parra, por la aparente relación sentimental con una joven artista de televisión (no confirmada hasta el momento por ninguna de las partes) y que tuvo alcances nacionales.
No habría quien pudiera negar que en este momento García Parra es el hombre más cercano y de absoluta confianza del Ejecutivo, o dicho de otro modo, es el gran favorito, es el enemigo a vencer en la carrera sucesoria, sin embargo no hay que perder de vista NO ES LA UNICA CARTA con la que se podría jugar en el corto y en el mediano plazo, hay además otras opciones al interior del grupo.
De ahí que el más reciente escándalo mediático, el segundo en importancia después del Audi R-8 en el 2023, debe de servir para prender las alarmas en el primero círculo del armentismo, toda vez que si bien es cierto en apariencia logró salir bien librado, el tema se encuentra en pausa y puede revivir en cualquier momento, pues quizá no se tenga debidamente sopesado que el precio que deberá pagar por estar a la cabeza en los afectos del Primer Mandatario, es que se encuentra en permanente y acuciosa observación de toda la clase política local, pero aún más, del propio círculo íntimo del poder.
Tanto la divulgación de la compra del AUDI como el tema de la renta de un avión privado para acudir a un evento social fuera del estado en compañía de una figura de la farándula, tiene su origen indiscutible en el fuego amigo, no hay otra manera de que este tipo de información trascienda a nivel de opinión pública, por lo tanto el grupo gobernante deberá cerrarse todavía más, pues estará bajo acecho en este punto lo que resta de la administración y no hay que perder de vista que esto apenas está comenzando.
Quién ha sido el autor de estas filtraciones? pues hay que revisar al interior del equipo, a los otros interesados con aspiraciones y que además se consideran con mérito para ser considerados en el proceso de sucesión y ahí están las respuestas. Por supuesto que hay varios interesados en descarrilar al Choco. Ya lo han intentado y lo seguirán haciendo una y otra vez y por lo pronto hoy es un enigma si lograrán su objetivo.
No sabemos a ciencia cierta como terminará todo esto, es muy prematuro saberlo, pero lo único seguro es que no se parecerá mucho al estado de guarda en este momento. Las sociedades hoy en día son muy dinámicas y reaccionan muy fácilmente a diferentes estímulos, son de cambios repentinos. Lo único que podemos adelantar es que el proceso de eliminación entre los contendientes, la disputa sucesoria al interior del grupo en el poder, es decir, el juego del calamar, ha comenzado….
* El autor es abogado, escritor y analista político.