mié. Mar 12th, 2025

Luz María Ortiz Quintos

En Nuevo León, 2017, tuvimos un parteaguas en el ámbito educativo; fue entonces que tantos colegios particulares, como las escuelas públicas dejaron de ser seguras. Siendo en ese tiempo Diputado Local, el ahora gobernador de Nuevo León, aceptó la invitación de ser padrino de una escuela pública para donar a los alumnos de una primaria ubicada en el municipio de San Pedro, mochilas transparentes.

Esta medida la propusimos como una estrategia de seguridad, así como también se instaló el programa de mochila segura; este último fue polémico debido a la inconformidad de un pequeño número de familias de un colegio particular, quienes estuvieron en desacuerdo, siendo que precisamente en un colegio particular se dio el lamentable suceso del atentado con un arma de fuego que un estudiante del mismo colegio llevó de su casa al colegio.

Dicho suceso nos marcó y dejó mucho trabajo por hacer, ya que, desafortunadamente va en ascenso el número de casos de incidentes en escuelas que se han seguido presentando; no solamente la introducción de armas blancas o armas de fuego, recientemente hemos conocido sobre la introducción de medicamentos controlados que los menores de edad encuentran en sus casas y los llevan a las escuelas para hacer los famosos “retos”; toman el medicamento para ver quien se duerme por más tiempo.

Es por todos los riesgos que tanto menores de edad, como maestros y demás personal de las escuelas están expuestos, que solicitamos una vez más se instale el programa “Mochila Segura”.

Los primeros responsables de la seguridad de los menores son los padres de familia, pero los responsables solidarios son las autoridades educativas.

El primer filtro está fallando, es necesario prevenir más situaciones de riesgos, al reforzar el segundo filtro; la escuela.

Este tema cobra relevancia debido al caso que conocimos el día de ayer; en una secundaria federal ubicada en el municipio de San Pedro, un estudiante introdujo una pistola de diábolos, la cual no deja de ser peligrosa por el daño que puede causar al disparar a un menor de edad.

Lo más importante de estas situaciones es ver por el interés superior del menor, implementar las medidas preventivas para evitar daños físicos o psicológicos por este tipo de casos. Les aseguro que los menores, porque así me lo han expresado, se quedan con miedo ante estos hechos.

Por Admin

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