A lo largo del Éxodo, Levítico y Números, cuando el Señor se refiere al templo y todo lo que sucede en él deja una aclaración: es cosa muy santa.
Estos libros reflejan un orden secuencial de libertad, enseñanza, santidad y capacidad del pueblo de Dios y siendo tú el templo del Espíritu Santo, ¡también eres cosa muy santa!
Y eres libre, pero debes ser instruido en cómo acercarte a Dios adecuadamente sin que tu propia naturaleza se derrita y puedas ejercitar las capacidades que tienes para mantenerte santo en un mundo que definitivamente no lo es.
La santidad es reservar todo lo que eres para la gloria de Dios. Que tus pensamientos, sentimientos, carácter y acciones sean conforme al carácter y la conducta de Cristo.
Pero para que eso suceda, necesitas pasar más tiempo con Él, leyendo su palabra y ejercitándote en la piedad a través del ayuno, la oración y las acciones de misericordia al prójimo, entonces podrán ser tratados tu carácter y tu propia conducta.
Dios es plenamente consciente de tus debilidades y límites, pero no te escogió porque eres bueno, sino porque eres útil. Él ve el potencial que hay en ti y el poder de Dios obrando en alguien que sólo tiene un corazón dispuesto.
Lo único que necesitas para ser escogido es tu disposición a ser moldeado y transformado en una versión de ti mismo que no conocías.
Acércate a Dios con un corazón humilde y arrepentido y Él te dará el poder para ver grandes cambios.
Aparta tu vida para Dios y sírvelo para ser santo. Porque ser santo no es quedarse estático sobre un altar, sino ser un altar itinerante que alabe a Dios con todo lo que hace.
Oremos para que muchos tomen la decisión de ser y permanecer santos hasta el fin. Y tomarás el aceite de la unción y ungirás el tabernáculo, y todo lo que está en él; y lo santificarás con todos sus utensilios, y será santo. Éxodo 40:9
¿Crees esto? Habla con Dios, lee la Biblia y descúbrelo. Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.Email mujervirtuosa@instruccionespersonales.com
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