jue. Jul 31st, 2025

En los tiempos de Jesús, había grupos religiosos que se deleitaban en hacer oraciones públicas largas y elaboradas, pero Dios no necesita una gran disertación, sino un corazón que con toda honestidad habla con Él de sus dudas, sus miedos y sus frustraciones. 

Y déjeme darle un ejemplo de niños. ¿Se acuerda cuando un niño pequeño rompe en llanto sin poder hablar y usted siente el impulso de correr a ayudarlo?

Así es la oración a veces, una lágrima tras otra que explota sin poder articular palabra, pero que mueve el corazón del Padre a correr a ayudar a su hijo amado.

No se preocupe por la calidad, extensión o elegancia de su oración, sino por la necesidad con que se la dice a Jesús. Hay muchas oraciones que han sido dichas solo con una lágrima y eso ha conmovido el corazón de Dios más rápidamente que ninguna otra palabra.

Charles Spurgeon, el príncipe de los predicadores decía que “un clamor es nuestra primera emisión y, en muchos sentidos, el más natural de los sonidos humanos; Si nuestra oración fuera, como el llanto del niño, más natural que inteligente y más ferviente que elegante, no será menos elocuente con Dios. Hay un gran poder en el llanto de un niño para prevalecer en el corazón de un padre”.

Porque el único que se atrevería a despertar al Rey en medio de la noche para pedirle algo, sería su propio hijo.

Hable con Dios con confianza, aunque a veces su oración se parezca más al llanto de un bebé.

Cuídame como a la niña de tus ojos; protégeme bajo la sombra de tus alas, de los malvados que me atacan, ¡de los enemigos mortales que me rodean! Salmos 17:8-9 DHH

¿Cree esto? Hable con Dios, lea la Biblia y descúbralo.  Solo la Verdad nos hará verdaderamente libres.

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Por Admin

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